Cómo las películas infantiles muestran la muerte y la pérdida
La muerte asechaba al otro lado de la puerta. Un monstruo, varias veces más grande que ellos, tenia los ojos fijos en su casa. Paralizados, ellos se quedaron viendo las escamas grises, los dientes terroríficos los cuales brillaban demasiado cerca de los adormecidos niños. La madre se desliza hacia sus crías, el monstruo se apea y aunque el padre intentó alejar al atacante con cada centímetro de su delgada contextura, la bestia de colosal tamaño lo golpea, dejándolo inconsciente. Unas cuantas horas después se despierta solo para hacer un descubrimiento tenebroso: tanto su esposa como sus hijos a excepción de uno han sido consumidos.
Esa escena transcurre con apenas cuatro minutos y tres segundos de haber empezado la película de Disney Buscando a Nemo. Un resultado similar le llega a los padres de Tarzan, en la película que lleva su nombre, cuando un leopardo devora a la pareja con apenas cuatro minutos y ocho segundos de haber empezado la película. Esta película ejemplifica la constante muerte y violencia en las películas animadas para niños que van desde la Blanca Nieves de 1973 (donde a la malvada madrastra le cae un rayo y luego es aplastada por una gigantesca roca, hasta Frozen (donde los padres se ahogan después que su barco se hundiera).
En la investigación titulada: “Las Caricaturas matan: las muertes en animaciones recreacionales en un estudio objetivo observacional sobre la introducción de los niños al concepto de la perdida de vida”, los investigadores comparan cuan frecuentemente se muestran muertes en las películas para niños en comparación con las películas para adultos.
Para realizar el estudio, los investigadores compararon las películas animadas infantiles más taquilleras desde 1973 hasta 2013 con las dos películas para público adulto más taquilleras de la misma época. Compararon las 45 películas infantiles más taquilleras y las 90 películas dramáticas, y encontraron que dos terceras partes de las películas infantiles mostraban la muerte de un personaje principal mientras que solo la mitad de las películas para adultos lo mostraban. También descubrieron que los personajes principales en las caricaturas estaban sujetos a morir dos veces más, y tenían tres veces más probabilidades de ser asesinados que en las películas para público adulto.
Los resultados del estudio
“Concluimos que las películas animadas para niños en vez de ser alternativas libres de la carnicería típica de las películas norteamericanas, eran en realidad el caldo de cultivo de asesinatos y masacres” escriben los epidemiologistas psiquiátricos Ian Colman y James Kirkbride en su investigación.
A modo de ejemplo, los investigadores compararon El Rey Leon (1994) con su equivalente en taquillas del mismo año Forrest Gump y Pulp Fiction. El equipo de investigación solo utilizo las películas dirigidas a una audiencia general o las que sugerían la guía de los padres, y las películas que tenían personas o animales como personajes principales. La investigación revelo que en las películas para niños, los padres, los némesis y los niños tenían mas probabilidades de morir primero, mientras que en las películas para adultos eran los protagonistas los que tenían más probabilidades de morir.
Los padres de los personajes principales como los de Frozen, El Rey Leon, Buscando a Nemo, y Bambi, tenian cinco veces mas probabilidades de morir en las películas para niños que en las películas para adultos. Como ejemplos incluían tres muertes por disparos (Bambi, Peter Pan y Pocahontas), dos por cuchilladas (La Bella Durmiente, y La Sirenita), y cinco por ataques de animales (Bichos, Como entrenar tu Dragon, Buscando a Nemo, Tarzan y Los Croods).
Los autores de la investigación afirmaron que una persona que leyó el estudio comparó la muerte de la madre de Nemo con la escena de la ducha de Psycho. Afortunadamente las películas no tuvieron el mismo final.