Científicos rusos hallan nuevos genes asociados con el alcoholismo
El centro médico ruso Genotek, en cooperación con el Instituto de Genética General de la Academia de Ciencias de Rusia, ha llevado a cabo un estudio destinado a buscar variaciones de genes asociadas con el alcoholismo.
Sus investigadores recopilaron y analizaron el genoma de 1780 hombres y mujeres rusos mayores de 20 años y los dividieron en cuatro grupos según la frecuencia con la que consumían alcohol: abstemios, aquellos que beben una vez al mes, una vez a la semana y a diario.
Al comparar los conjuntos de varios miles de pequeñas mutaciones en el ADN de los cuatro grupos, los genetistas identificaron varios genes asociados con una tendencia a padecer alcoholismo, incluyendo algunos que no habían sido descubiertos previamente en estudios realizados en otros países.
Las formas más graves de dependencia del alcohol se vincularon con las mutaciones presentes en el gen PDRM2, que controla el desarrollo de las células cerebrales. Problemas similares surgen en los portadores de ciertas versiones del gen KLB, que es responsable de la reacción del sistema nervioso a los alimentos azucarados.
Asimismo, variaciones específicas en los genes DLGAP1 y ANTXR1 estaban notablemente más presentes en los participantes que bebían alcohol diariamente. El primer de estos está relacionado con el funcionamiento normal de las sinapsis (terminaciones nerviosas), mientras que el segundo es responsable de la migración celular y su conexión interna.
Otros tres genes, KLB, CNTNAP2 y AUTS2, ya se habían asociado anteriormente con la dependencia al alcohol. El segundo de esos segmento de ADN despertó el interés de los investigadores, porque sus mutaciones se asociaron con el consumo de alcohol diario entre las mujeres, pero no en el de los hombres. Los científicos todavía no han determinado la causa de este fenómeno.
Los genetistas encontraron también otros segmentos de ADN asociados con el consumo de alcohol esporádico. Estos incluyen el gen KLB y otras partes asociadas con el desarrollo del sistema nervioso y el alcoholismo grave, así como otros genes inesperados como KRTAP5-2, PRKCA y STEAP2.
Los investigadores rusos esperan que su estudio ayude a comprender cómo prevenir el desarrollo de la adicción al alcohol o elaborar métodos para luchar contra esta, entre ellos nuevos fármacos, dietas especiales o terapias genéticas.