China reitera defensa al principio de no interferencia en otras naciones
En un plan de restituir sus privilegios que fueron trastocados por el proceso revolucionario impulsado por el Comandante Hugo Chávez
Ante la amenaza belicista proferidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra Venezuela y sus decisiones soberanas, la República Popular China reitera su defensa al principio de no interferencia en los asuntos internos de las naciones.
Así lo manifestó este lunes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, quien en una conferencia de prensa también manifestó la necesidad de que las relaciones entre los gobiernos estén cimentadas sobre la base de la igualdad y del respeto mutuo.
"China siempre ha seguido el principio de no interferencia en los asuntos internos de otros países", por lo que "los países deben manejar adecuadamente sus relaciones basadas en los principios de tratar a los demás como iguales, el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos del otro", dijo Chunying en la rueda de prensa, transcrita y publicada en el portal web del Ministerio para Relaciones Exteriores del país asiático.
Venezuela nuevamente enfrenta una embestida del imperio norteamericano, que desde el mismo surgimiento de la Revolución Bolivariana, en 1999, comenzó un plan de arremetida contra el país sudamericano con la utilización de la derecha interna y con la alianza de la derecha de otros países, especialmente de Latinoamérica.
En un plan de restituir sus privilegios que fueron trastocados por el proceso revolucionario impulsado por el Comandante Hugo Chávez, quien declaró su carácter antiimperialista, el imperio norteamericano ha tratado por todos los medios imponerse. En los últimos meses ha tomado la vanguardia del plan violento ejecutado por extremistas de la oposición venezolana, con el objetivo crear el escenario propicio para una intervención extranjera.
De allí, las acciones terrorista promovida por 120 días y que dejaron un saldo de más de 100 fallecidos, más de mil lesionados y daños millonarios a bienes públicos y privados. A lo que además se le sumó una campaña de intimidación hacia la sociedad venezolana para evitar que participaran en las elección del 30 de julio, cuando se escogieron los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, evento que contó con la participación de 8 millones 89 mil 320 venezolanos y por lo que se incrementaron las amenazas del Gobierno estadounidense.