Cambios en la región
Y entre tanto, la OEA se recuperaba y ahora desde su Secretaría General amenaza con aplicar a Venezuela su carta democrática
En la semana pasada, el presidente ecuatoriano Rafael Correa y el vicepresidente Aristóbulo Istúriz coincidieron en comentar los mas recientes cambios en América Latina. Son demasiado importantes y de efectos mayores, impensables hace dos o tres años.
En efecto, en América Latina se desarrollaba un proceso de avances, con gobiernos progresistas, independientes de la política de Washington, compenetrados con las necesidades de sus respectivos pueblos. Estos avances habían ocurrido en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, y tenía expresiones en otros países donde las izquierdas crecieron, y entre los angloparlantes del Caribe.
En tales condiciones, impulsado por el presidente Chávez, simultáneamente se marchaba hacia la unidad de la región, y en tal sentido se logró la creación deUnasur, mucho más difícil la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), la Alba, Petrocaribe, se vigorizaba Mercosur, y era evidente que tales cambios se reflejaban en el deterioro de la OEA, donde EEUU perdió varias votaciones y, en ocasiones, quedó aislado.
Como es lógico, nada de esto agradaba en Washington; por el contrario, veía cómo perdía su patio trasero y la OEA dejaba de ser su ministerio de colonias, como se le llamó en una época. Desesperados debieron moverse, contactos con gobernantes amigos, estrategias de recuperación de influencias perdidas, propiciaron la creación de la Alianza del Pacífico, y se movían para estimular cambios de gobiernos, especialmente como el de Venezuela, considerado el epicentro de ese proceso. Si lograba golpearlo, se afectaría a todos los demás, incluso a Cuba, que andaba por camino propio hace décadas. Y debió tener sus manos metidas en la reaparición de la Operación Cóndor.
Es entonces, hace apenas un año, cuando comienza lo que podríamos llamar el descenso de ese proceso. Comenzó en Argentina, donde se pierden las presidenciales por una mínima diferencia, pero suficiente para un cambio brusco, de tal naturaleza que en seguidas viajó el presidente Obama y en Buenos Aires dijo que Macri debía ser el líder continental. ¿Cómo les parece?
Pero faltaba el desarrollo del golpe en el Congreso contra la presidenta Dilma Rousseff. EEUU tenía experiencia en Paraguay cuando sacaron al presidente Fernando Lugo y antes en Honduras, contra el presidente Zelaya. Ya no había necesidad de ocupaciones territoriales, como en el siglo XIX, ni los golpes militares del siglo XX. Ahora utilizaban parlamentos, que podían ignorar los 54 millones de votos que obtuvo Dilma. Poco les importaba desconocer la voluntad popular expresada en elecciones.
Fracasaron en sus intentos de propiciar salidas violentas en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Después de Argentina y Brasil, tocó el turno a Mercosur. Allí desconocieron una norma elemental para separar a Venezuela de la presidencia pro témpore con los votos de los otros cuatro países miembros: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Y entre tanto, la OEA se recuperaba y ahora desde su Secretaría General amenaza con aplicar a Venezuela su carta democrática. No tendría nada de raro que consiga los votos de los países que necesita.
Como es fácil observar, se trata de cambios trascendentes. Es un nuevo panorama el que presenta América Latina, muy distinto, radicalmente distinto, al que tenía hace un año.
¿Y que piensan Correa y Aristóbulo? El primero parece creer que los hechos se impondrán, que será imposible negar u ocultar los avances, sobre todo en el campo social, alcanzados, se trata de un retroceso.
En cambio, Aristóbulo cree que ha ocurrido una ofensiva del imperialismo norteamericano, pero que tendrá la respuesta de los movimientos sociales de la región.
No sé, pero cualquiera de los caminos que empiecen a andarse por la recuperación será complejo y difícil, y seguramente, largo, ¿cuánto ha costado abrir las grandes alamedas en Chile?
BUEN PERIODISMO
Debo transcribirles este comentario de Earle Herrera, titulado “Periodismo” y publicado en Ciudad Ccs el sábado 17:
“Lección 1: la aclaratoria que hace en primera página de Últimas Noticias (14/09/16) por publicar una ‘falsa información’, tipo de autocrítica infrecuente, si no inédito, en el periodismo mundial. Lección 2: la digna respuesta de Juan Gabriel al amarillista de CNN Fernando del Rincón sobre su orientación sexual. Lección 3: la entrevista de Vladimir Villegas a su hermano Ernesto Villegas, por las preguntas, y sobre todo, por las respuestas. Ganó el periodismo”.
BACHELET EN LA ONU
Seguramente ustedes no escucharon a la presidenta Bachelet en su discurso en la ONU. Es bueno que sepan para conocerla mejor. Elogió la Alianza del Pacífico, creada en paralelo con Unasur para debilitar su acción, y la cual ni mencionó, aunque sí destacó la importancia de Mercosur, pero no dijo ni una palabra de la atropellada e ilegal decisión de separar a Venezuela de la presidencia pro témpore. Como si ahora fuese mucho mejor… para sus gustos e intereses.
LA PAZ EN COLOMBIA
Iniciadas en la década de los 50 por el jefe guerrillero a caballo Cheíto Velásquez, y luego por el líder campesino Juan de la Cruz Varela, que logró establecerse en la llamada “república de Marquetalia”; después desarrolladas por Manuel Marulanda, Pedro Marín (Tiro Fijo), y transformadas en 1964 en las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (Farc-EP), con una historia de éxitos y reveses, y luego de que ambas partes se convencieron de que era imposible derrotar a la otra, hace cuatro años entraron en negociaciones, los dos primeros (2013-2014) en absoluto secreto, en La Habana llegaron a variados acuerdos, y mañana firmarán el acuerdo final. Se acabó esa larga guerra, y comienzan a recorrer el camino por la paz. Las ex Farc como partido político; el Gobierno, garante de sus derechos. Un acontecimiento único en el mundo que, antes que en otros países, en Venezuela aplaudimos y recibimos con regocijo. Terminaba una búsqueda de Hugo Chávez.