Opinión

Bien Común de la Humanidad

En un escrito disponible por Internet (De los bienes comunes al Bien Común de la Humanidad), François Houtart plantea la lucha por el Bien Común de la Humanidad como gran tarea para quienes habitamos la Tierra en estas primeras décadas del siglo XXI

En un escrito disponible por Internet (De los bienes comunes al Bien Común de la Humanidad), François Houtart plantea la lucha por el Bien Común de la Humanidad como gran tarea para quienes habitamos la Tierra en estas primeras décadas del siglo XXI. La obra se basa en ideas e iniciativas de muchos en torno al concepto del “Bien Común”: lo compartido por todos los seres humanos. Porque como ya Aristóteles estimaba, recuerda Houtart, ninguna sociedad puede existir sin algo en común. En este caso se trata de un nuevo paradigma, que significa vivir en armonía con la naturaleza, en una sociedad que sea justa, democrática y poseedora de una gran variedad de expresiones culturales

El paradigma del desarrollo humano que predomina todavía hoy, indica el autor, es el de un progreso material y científico indefinido, sobre un planeta inagotable, a nuestra disposición exclusiva para disfrutar siempre de mayores bienes y servicios. Este modo de vida está sustentado por la eficacia de una economía de competencia orientada hacia la máxima ganancia: la economía capitalista. Tal paradigma está llegando a su agotamiento por el peso de sus contradicciones sociales y ecológicas. Así, se requiere un cambio para asegurar a largo plazo la continuidad de la vida de la Tierra y de la humanidad, construyendo sobre nuevas bases hacia una sociedad más equilibrada, alegre y creativa.

En ese sentido, Houtart propone cuatro líneas de trabajo. La primera es redefinir nuestras relaciones con la naturaleza: de la explotación al respeto, por ser fuente de vida; la segunda línea implica reorientar la economía, producir para atender necesidades y no para generar una ganancia “a como dé lugar”; la tercera llama a reorganizar la vida colectiva por la más amplia generalización de la democracia en la política, la economía y las relaciones sociales: hacer de cada ser humano un sujeto de la construcción social, y la cuarta es instaurar la interculturalidad y, de este modo, dar a todos los saberes, a todas las culturas, la posibilidad de contribuir en diálogo al Bien Común de la Humanidad. El actual proyecto bolivariano está en sintonía con estas cuatro líneas, su reto es avanzar más en la verdadera concreción, rectificando errores.

Aurora Lacueva

lacuevat@hotmail.com

/N.A

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