Economía

Bancos norteamericanos crean burbuja automotriz que podría estallar

La Oficina Contralora de la Moneda (OCC por sus siglas en inglés), el organismo regulador federal que supervisa la actividad de los grandes bancos en los Estados Unidos, advirtió sobre el crecimiento de los préstamos de alto riesgo que plagan a la industria de créditos automotrices, subrayando que "las prácticas de manejo de riesgo de las instituciones financieras no han seguido el ritmo de incremento de esta cartera crediticia".

La OCC hizo la advertencia en su reporte semestral hecho público el pasado lunes. El organismo advirtió que la actividad crediticia para la compra y arrendamiento (lease) de vehículos ha experimentado un “crecimiento sin precedentes” lo cual afecta negativamente el índice de morosidad y el valor de los vehículos usados.

El informe advierte que “al competir por la conquista de una mayor porción del mercado, algunos bancos han optado por normas menos exigentes para la suscripción de los préstamos”.

Esta circunstancia a llevado que en lo que va de 2016, la tasa de créditos automotrices de alto riesgo seriamente morosos (60 días o más) haya superado el 5%. Esta tasa es más alta que la experimentada durante la gran recesión de finales de la década pasada y alcanza niveles no vistos desde 1996.

Los créditos automotrices de alto riesgo son una manera de aumentar el mercado artificialmente, al conceder créditos automotrices a personas que bajo los estándares, en vigor después de la crisis bancaria de 2008 no habría calificado. Con ventas de 17.5 millones de vehículos la industria automotriz rompió todos los récords de ventas en 2015. 2016 ya se perfila como otro año récord.

Las actuales tendencias del mercado indican una mayor preferencia del público por camionetas SUVs y crossovers que normalmente tienen un precio mayor que los automóviles de pasajeros.

Esta circunstancia ha hecho que la cartera de créditos automotrices no sólo haya aumentado su clientela sino también su valor, superando el monto de 1 billón de dólares durante el primer semestre del año en curso.

Esta cifra no solo representa un récord sin precedentes para la industria del financiamiento automotriz, sino que también sirve también como un sombrío recordatorio del daño que podría sufrir la economía en el caso que esta actividad financiera llegase a colapsar.

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