Regionales

Avanza recuperación del Paseo Orinoco

En tiempos modernos, el Paseo Orinoco es conocido a nivel regional y nacional por la Feria de la Sapoara, evento que se realiza en cada temporada de invierno

El punto que más llama la atención a quienes visitan Ciudad Bolívar, capital del estado Bolívar, es el Paseo del Orinoco, que recorre 1,5 kilómetros de la orilla del principal río venezolano, en la zona norte de la antigua Angostura.

Desde allí se puede apreciar la belleza del Puente Angostura, la Isla del Degredo, la Piedra del Medio y la magnificiencia del río padre en su zona más estrecha, de donde nació el nombre original de esta capital, así como visitar edificaciones históricas como la otrora Cárcel del Orinoco, la Casa Casalta, el antiguo Muelle (hoy sede del Comando Fluvial de la Armada) y otros puntos de interés en esta zona del suroriente del territorio.

La construcción del Paseo comenzó en el siglo XVIII con la unión de varias calles, desde la actual Cruz del Perdón hasta más allá del Comando Fluvial y la Capitanía de Puerto de Ciudad Bolívar.

 

 

Estas vías en conjunto unían el casco histórico con los puertos de goletas ubicados al pie del río, sus diversos mercados y comercios y las áreas de esparcimiento ubicadas a orillas del Orinoco y usadas por niños y adultos por igual.

Sus diferentes tramos tuvieron nombres separados por muchos años, como fue el caso de La Muralla-Paseo Alameda, Paseo Falcón y Calle Orinoco-La Alameda. También llegó a llamarse Paseo Gómez, durante el régimen de Juan Vicente Gómez.

Ya en el siglo XIX, el explorador Francisco Michelena había dejado constancia de su admiración por el vínculo estrecho entre la ciudad de Angostura y el hoy Paseo Orinoco, a cuyo pie llegaban goletas y barcos de carga de Europa y las Antillas con cargamentos tan variados como ropa de última moda, materiales de herrería y "lajas" para decorar las mansiones de las familias ricas y todo tipo de comidas exóticas.

 

 

"Pocas ciudades hay a nivel mundial tan bien situadas, a la orilla de un majestuoso río, sin que sobresalten temores de una inundación, y que pueda embarcarse a bordo de un navío de día sin más que atravesar los 20 pasos de calle que lo separan del buque", señaló Michelena.

A esto agregó un particular reconocimiento al Paseo Orinoco al decir: "Tampoco habrá muy pocas calles, en un clima cálido como Angostura, en donde sus habitantes se paseen o hagan a cubierto sus transacciones comerciales debajo de galería espaciosas, cómodas y elegantes".

 

 

Histórico espacio de encuentro

En 1967, como complemento de la inauguración del Puente Angostura, primero en cruzar el río Orinoco entre los estados Bolívar y Anzoátegui, esta vialidad fue ampliada y elevada su altura con respecto a la orilla del río para frenar las crecidas que habían afectado en ocasiones anteriores a la ciudad.

El Paseo Orinoco quedó así convertido en un bulevar de uso vial y peatonal, con dos vías para vehículos y ocho secciones de amplias aceras que siguen el borde del río en el Norte, mientras que en su lado Sur recorre gran cantidad de comercios de telas, zapatos y artículos para el hogar.

 

 

El historiador Américo Fernández señala que en un principio hubo aquí bustos del presidente del Congreso de Angostura, Francisco Antonio Zea; de monseñor Mariano Talavera y Garcés, administrador apostólico de la diócesis de Guayana (1829-1841); y del bachiller Narciso Fragachán, introductor del bachillerato privado en la ciudad.

En tiempos modernos, el Paseo Orinoco es conocido a nivel regional y nacional por la Feria de la Sapoara, evento que se realiza en cada temporada de invierno, cuando miles de personas acuden a esta zona para presenciar la captura de este pez y disfrutar de festivales gastronómicos, venta de artesanías y otros eventos vinculados a esta tradición, que también data de los inicios de Angostura.

La ciudad y su paseo cayeron en el abandono a finales del siglo XX, y todo el desarrollo e inversión se enfocó en la vecina Ciudad Guayana, más moderna y con un parque industrial muy importante.

 

 

Recuperación para la gente

Al asumir su cargo en diciembre de 2014, el alcalde socialista Sergio Hernández inició un plan para recuperar este paseo histórico y convertirlo en un polo de atracción turística y de esparcimiento para las familias bolivarenses. Usó como motivo la cercanía del 250 aniversario de la fundación de Santo Tomé de la Nueva Guayana de la Angostura del Orinoco, tercera y última refundación de esta ciudad colonial.

Esto incluyó la recuperación del asfaltado y la reparación del mobiliario público, así como la adecuación y limpieza integral de los puntos de interés, como el Puerto Blohm, el Mirador Angostura, las barandas que recorren la ribera y todas las zonas verdes y alumbrado.

 

 

Otra fase del trabajo abarcó un acercamiento directo con los comerciantes que por décadas han hecho vida en el paseo, con quienes se limpió y pintaron las fachadas de las tiendas, retiró publicidad impresa y repararon las aceras, con el compromiso adicional de mantener siempre limpias y ordenadas estas áreas.

Así mismo, los vendedores informales aceptaron reorganizarse y ser reubicados en otros espacios más adecuados en la calle Venezuela, paralela al Paseo.

 

 

Hernández también ordenó la activación del Corredor Turístico Dominical, por el cual se cierra la circulación de vehículos los días domingo a lo largo del corredor, de manera que niños y adultos puedan disfrutar de paseo en bicicleta, patinaje, caminatas, presentación de teatro de calle, eventos deportivos infantiles y juveniles, y otras actividades culturales.

La Policía Municipal de Heres dispuso también de un comando especial que garantiza el patrullaje permanente durante cada jornada recreativa, lo que facilita la asistencia del público a los eventos realizados en horario vespertino y nocturno.

 

 

"Cada semana que puedo, vengo a participar en las actividades deportivas que realiza la Alcaldía, además de las presentaciones culturales que se ofrecen para el disfrute de la familia y sacar del ocio a la juventud", manifestó Benjamín Rosales, habitante de Riveras del Caura.

Elisbeth Correa, otra bolivarenses, añadió: "Ahora me siento motivada y confiada para venir a este lugar a disfrutar con mi familia".

"Estamos devolviéndole a la ciudad el amor por su historia. Ningún bolivarense puede quedarse a un lado, y debemos apoyar la recuperación de este hermoso espacio", consideró el cultor popular Rafino Guédez.

 

Articulos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button