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Mire las dos nuevas islas que aparecieron en el mar rojo

“Como las islas pertenecen a Yemen y estaban fuera de nuestro alcance para poder realizar trabajo de campo, decidimos usar imágenes de satélite así como los datos sísmicos para estudiar la formación de estas islas”, explica Sigurjon Jonsson, coautor del estudio

 

Han sido bautizadas como Sholan y Jadid y forman parte del archipiélago Zubair, compuesto por 10 islas volcánicas y varias rocas, al sur del Mar Rojo, entre la costa de Yemen y el Cuerno de África. El nacimiento de estas dos nuevas islas surgidas en el Mar Rojo ha sido recogido por varios satélites que orbitan alrededor de la Tierra que han conseguido captar la formación rápida y de gran violencia de estas jóvenes islas volcánicas. 

La investigación, a cargo de un equipo de científicos de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (Arabia Saudí) muestra que la región en la que se encuentran estos dos islotes es mucho más activa volcánicamente de lo que se creía hasta ahora. La zona se encuentra precisamente encima de una dorsal oceánica que está sometida a una intensa actividad volcánica y sísmica desde finales de los 70.

“Como las islas pertenecen a Yemen y estaban fuera de nuestro alcance para poder realizar trabajo de campo, decidimos usar imágenes de satélite así como los datos sísmicos para estudiar la formación de estas islas”, explica Sigurjon Jonsson, coautor del estudio.

Así, combinando imágenes en alta resolución de los satélites junto con los datos de las emisiones de dióxido de azufre captadas por instrumentos de monitorización del ozono, los científicos descubrieron que los islotes se formaron muy rápidamente (el primero tardó solo 25 días) tras la erupción del volcán submarino; posteriormente, ambas islas fueron alimentadas por dos fracturas cubiertas de magma.

Es bastante complicado observar el surgimiento de islas volcánicas, puesto que aparte de que suelen surgir en zonas remotas del planeta, estos fenómenos suelen ocurrir a unos 3.000 o 4.000 metros de profundidad y rara vez se acumula tanto magma como para que acaba sobresaliendo a la superficie.

“Cuando el magma se propaga a través de la corteza y alcanza la superficie, genera una deformación que podemos medir en las islas vecinas utilizando una técnica llamada interferometría, a partir de datos obtenidos por el radar de satélites. Combinamos esas observaciones con la actividad símica para analizar mejor todo el proceso volcánico”, explican Wenbin Xu y Joel Ruch, coautores del estudio.

Los científicos han elaborado un modelo tridimensional del evento, recogido en la revista Nature Communications.

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