Ciencia y Tecnología

Medusa Cassiopea primer animal sin cerebro que duerme

El motivo por el cual muchos seres vivos duermen y los orígenes evolutivos del sueño están entre los grandes misterios de la neurociencia. Todos los vertebrados y los animales complejos en general duermen. Los seres humanos, las ballenas, los ratones, los peces y la mosca de la fruta duermen, pese a que durante ese tiempo quedan a merced de los depredadores e incapacitados para comer y reproducirse, lo cual es inexplicable para los científicos. ¿Por qué se exponen de esa manera durante buena parte del tiempo? Las teorías manejadas apuntan a que dormir ayuda al cerebro a regenerar la memoria y el aprendizaje y contribuye a la recuperación celular. Pero ahora se ha comprobado por primera vez que incluso un organismo sin cerebro ni neuronas dedica un tiempo cada día a dormir. Esto podría indicar que el sueño es evolutivamente más antiguo de lo que se pensaba.

Y es que hasta ahora la ciencia creía que tener cerebro era una condición necesaria para desconectar y entregarse al sueño. Pero resulta que no hace falta. Un equipo del Instituto de Tecnología de California (Caltech) ha descubierto que las medusas Cassiopea invertidas, unas criaturas sin sistema nervioso central, duermen igual que nosotros. Las medusas son cnidarios, animales bastannte simples que viven en ambientes acuáticos, casi siempre marinos. Pueden permanecer sueltos o en colonias, fijados al sustrato o libres.

Pero hasta ahora no había constancia de que necesitaran dormir. "Es el primer caso de sueño en animales sin cerebro", dice Paul Sternberg, investigador del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI) del Caltech y uno de los autores del estudio. Sus hallazgos, publicados en la revista Current Biology, adelantan el origen del sueño en el árbol evolutivo de la vida, antes de la aparición de un sistema nervioso centralizado.

En opinión de Sternberg la gran pregunta ya no es por qué dormimos sino: "¿Todos los animales duermen?". Es un tema controvertido. Hasta ahora, todos los vertebrados que se han estudiado lo hacen, pero no hay seguridad de que eso pueda aplicarse a todos los invertebrados. Sí se sabe que las moscas de la fruta echan sus cabezadas, al igual que el gusano Caenorhabditis elegans. Pero en animales más primitivos como esponjas y medusas no se había probado hasta ahora.

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