Lewis Hamilton gana el GP de Australia
Los pilotos de Fórmula 1 tienen demasiadas vacaciones. No es que se las merezcan o no se las merezcan. El problema es que la falta de competición les genera ansiedad y nerviosismo. Sin el olor a gasolina, sin la velocidad y la competición, se ponen tensos, como quedó reflejado en la primera salida de la temporada. Diecinueve segundos tardaron los corredores en provocar un accidente.
Raikkonen tocó el Sauber de Nasr y este dejó fuera de carrera a Pastor Maldonado. Tampoco salió bien parado el otro Lotus, el de Romain Grosjean, que también abandonó antes de alcanzar la primera vuelta, mientras el coche de seguridad aparecía en el circuito de Albert Park. Quedaban ya sólo 13 coches en pista. Sí, trece.
Porque a primera hora de la mañana ya se había anunciado que Valtteri Bottas se había pasado la noche en el hospital de Melbourne por culpa de unos fuertes dolores en la espalda y que Kevin Magnussen, que rompió el motor, y Daniil Kviat, con problemas en la caja de cambio, tampoco participarían en un GP de Australia que ganó Lewis Hamilton.
La suerte de Maldonado no es la mejor del Mundial. El venezolano se está acostumbrando a no acabar las carreras por culpa de accidentes, choques o problemas mecánicos y se ha convertido en el objetivo de las burlas de muchos aficionados, alguno de los cuales incluso ha decidido crear una página web para contabilizar los segundos, minutos, horas y días del último incidente en el que se vio implicado el piloto de Lotus.
La victoria de Hamilton en Australia, donde no acababa primero desde 2008, y el segundo puesto de Nico Rosberg confirmó algo que era más o menos sabido en el paddock: que los Mercedes siguen siendo muy superiores. Las flechas plateadas terminaron la carrera con 33 segundos de ventaja sobre Sebastian Vettel, que subió al podio en su debut con Ferrari. El año pasado, la escudería italiana únicamente logró acabar entre los tres primeros en dos ocasiones.
El Gran Premio, sin embargo, no fue completo para las balas rojas. Porque Kimi Raikkonen tuvo que abandonar tras sufrir un error tras otro en sus pit stop. El finlandés perdió muchos segundos en su primera parada porque a los mecánicos se les enganchó la rueda trasera izquierda.
Peor fue aún su última visita a los boxes. Raikkonen salió sin que le hubieran apretaran una tuerca. Sí, lo han adivinado, la de la rueda posterior izquierda. No estaba especialmente contento Kimi mientras llegaba caminando al paddock.
Quien también sufrió las consecuencias de una mala parada fue Carlos Sainz júnior. El español puede estar satisfecho tras acabar noveno en su primera carrera de Fórmula 1 y lograr los primeros puntos. Aún así, el madrileño se marcó de Albert Park con un regusto amargo porque podría haber acabado mejor si sus mecánicos hubiesen estado un poco más acertados.
En Mercedes querían batalla entre sus corredores. "Conserva un poco de gasolina para poder apretar al final de la carrera", le decía el ingeniero a Nico Rosberg, que andaba a menos de dos segundos de Hamilton pese a no confiar mucho en la durabilidad de su último juego de neumáticos. Se puso en alerta el bicampeón del mundo y marcó la vuelta rápida en carrera para dejar claro que no cedería su plaza de privilegio.
"Fue una carrera absolutamente impecable. La tasa de éxito fue de cien por cien. Seguir ganando es una sensación increíble", aseguró Hamilton. "Nico fue muy rápido toda la carrera. Yo estaba intentando ahorrar gasolina y gomas", explicó. "Lewis pilotó hoy como un campeón del mundo, pero yo estaba dando todo en cada vuelta y lo seguiré haciendo", respondió Rosberg en el podio.
Con ya sólo 11 pilotos en pista, Jenson Button era el único que no estaba en los puntos. Pero ese no era su principal hándicap. El McLaren tenía problemas de frenos y su motor Honda parecía capado, girando a menos revoluciones de las necesarias. Los tiempos del británico eran de escándalo, rodando cuatro segundos por vuelta más lento que la cabeza de carrera. Entró el último el día que los elementos le dieron la oportunidad de conseguir unos puntos no esperados. Y ni aún así. Al equipo de Fernando Alonso le queda aún mucho trabajo por hacer.
