Opinión

Globocop

O sea, “tombo global”…¡Qué problema con los países petroleros! Violan los derechos humanos tanto que los EEUU se ven obligados a devastarlos y exterminar a sus habitantes para protegerlos

O sea, “tombo global”…¡Qué problema con los países petroleros! Violan los derechos humanos tanto que los EEUU se ven obligados a devastarlos y exterminar a sus habitantes para protegerlos. No alucino; mira a Afganistán, Irak, Libia, Ucrania, los Balcanes…. No hace falta ser petrolero, aunque ayuda. Mira cómo amenazan a países petroleros inquietos como Irán, Rusia y Venezuela; te va la vida en ello. John Kerry, canciller gringo, le dijo al Congreso el miércoles: “La ausencia de límites geográficos servirá para que los terroristas entiendan que no hay refugios seguros”. El terrorismo es útil para declarar la guerra al mundo…

La voluntad de poder imperial es tan molecular y quiere protegernos con tanto desvelo que un día llegará en que te comas una luz roja o escribas una palabrota en tu celular y, zuas, venga un rubio y te mate. Impecable. Utopía imperial. No estamos lejos, el Imperio se siente amenazado por la violación de derechos humanos perpetrada por las guarimbas que financia. Ya matan a gente por tener piel de color erróneo.

El amaestramiento global para el acoso de la ciudadanía se viene fraguando desde hace décadas. Y la reciente intensificación del terrorismo de bandera falsa da excusas a la medida para la asfixia planetaria. Desde el atentado contra Charlie Hebdo, las policías de Europa están matando a cuanta gente decretan yijadista o lo que les dé la gana: terrorista, narcotraficante, talibán, como otrora la Santa Inquisición te declaraba hereje y te raspaba un fósforo. Hoy existen métodos más tecno, aviones no tripulados, lavado cerebral o bombas inteligentes.

Son tan pasmosamente lúcidas que solo te matan si eres chavista. No harán daño en Altamira, sino en Catia. El caletre opositor está tan arruinado que anda eufórico con la amenaza de Globocop. Según su cerebro derretido, los misiles gringos no rozarán siquiera su mimosa piel. Tampoco les importunará la catástrofe generalizada de una invasión: saqueos, violaciones, desastre ecológico y de servicios públicos, porque, como en Gaza, arrasarán hospitales, cortarán electricidad y agua, volarán carreteras, puertos, estaciones de radio y televisión, volarán antenas de telefonía celular con edificios y todo, sobre todo si quedan cerca de la Base Aérea de La Carlota… en fin, daños colaterales, tú sabes. Olvida la pintura de Miranda en La Carraca y la Ciudad Universitaria porque es estratégico su odio a las culturas que inspiran soberanía.

La estructura simbólica opositora da tanta lástima que se traga las burradas del párrafo anterior, sin masticar. En su pánico muere porque no muere. No es vida biológica sino simbólica, más pertinaz porque trasciende a las personas y a las épocas. Lo simbólico es tenue, se infiltra por cada poro, estructura todo lo humano. No hay humanidad sin vida simbólica. No percibe lo que no está en el sistema.

De ahí la ceguera selectiva opositora, que no ve que las bombas no discriminan por ideología. Para ellos si eres pitiyanqui y Miami es tu metrópoli, eres como de la familia y el napalm imperial no te quemará hasta el hueso. A tu bebé tampoco.

Duerme a pierna suelta que la invasión te matará para salvarte la vida.

Roberto Hernández Montoya  

@rhm1947

/N.A

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