Opinión

Entre bendiciones y agua bendita

Ver a los alcaldes del este y al gobernador de Miranda marchando con los encapuchados terroristas y al vicepresidente de la AN felicitándolos, dándoles la mano, describe el guión golpista y desestabilizador

Estos días de guarimbeo terrorista han dejado lecciones que no se olvidarán. Episodios terribles como el uso de niños y adolescentes por parte de la derecha fascista cuyos hijos están a buen resguardo, fuera del país. La Tintori, de manera perversa, lo describió de esta manera (palabras más, palabras menos): “esos niños y jóvenes llegan a nosotros desesperados por la situación que viven y nos piden que también quieren luchar por la libertad”. Y luego agregó, de manera cínica, que a sus hijos ella nunca los sometería a eso porque es muy peligroso.

Ver a los alcaldes del este y al gobernador de Miranda marchando con los encapuchados terroristas y al vicepresidente de la AN felicitándolos, dándoles la mano, describe el guión golpista y desestabilizador. Todas las voces que alertaron sobre este plan se quedaron cortas, porque el imperio se la está jugando con todo. Las divisas para financiar las etapas de esta conjura manan sin cesar.

Los cabecillas simulan no estar informados, cada uno está en su papel. Los autodenominados “movimiento estudiantil”, la “sociedad civil”, los que ahora portan “inmunidad parlamentaria” y amparan todos sus desmanes. El actual presidente de la AN va al norte a recibir línea y luego viene a fungir de líder de una llamada “transición” que es virtual y en la que sólo él cree.

Lo que faltaba llegó. ¿Hasta cuándo la Iglesia meterá la pata, para dolor de sus creyentes o seguidores? (cada vez son menos). El Papa intenta socorrerlos, para que se salven de ir al infierno, los llama a Roma, los reprende, los aconseja, pero nada, cuando regresan, vuelven a poner la cómica. La esencia derechista de la CEV no la abandona, es demasiado profunda. Pasan de un conservadurismo añejo a militar con las ideas más oscuras.

El arzobispo de Barquisimeto -infringiendo las más elementales normas de la fe y burlándose de los devotos de la Divina Pastora- sin ton ni son la puso a marchar con la guarimba. Un sacerdote de Maracaibo sacó las imágenes de la parroquia y las puso de barricada en una calle. En San Antonio de los Altos, otro párroco utilizó las campanas y parlantes para exhortar a la feligresía que saliera a guarimbear. Y lo más horrendo: el cura que bendijo y colocó agua bendita a los terroristas que han arremetido, por días, contra la Base Aérea de La Carlota.

Profesora UCV

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