Opinión

El noviembre que no fue

Se fue un mes que no resultó lo que se había planificado. En una suerte de profecía que se autocumpliría con fatalidad bíblica, el ex jefe del Comando Sur de EEUU, John Kelly, anunció en 2015 que en Venezuela se desataría una “catástrofe humanitaria” y que, si se lo solicitaban, su país intervendría “para ayudar”, no ve. Aunque mil veces mentada por los cachorros imperiales de la estación Capitolio, la fulana “catástrofe” no sobrevino.

El Departamento de Estado y su tarantín a orillas del Guaire, la MUD, calculaban que para los primeros días de diciembre se estaría realizando un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. La guerra económica, los conflictos sociales, el llantén internacional, la presión mundial, la campaña mediática y los sabotajes se intensificarían a lo largo de 2016 hasta alcanzar en noviembre su punto de ebullición.

Los hechos se fueron precipitando más o menos así: sentencia cronológicamente calculada de los primos Flores detenidos en EEUU y la consecuente campaña financiada en medios venezolanos. Sabotaje a todos los servicios públicos, principalmente agua, gas y electricidad. Campaña internacional contra Pdvsa. Ataques al país por las “imparciales” calificadoras de riesgo (J. P. Morgan, etc.). Campaña bancaria mundial (Citibank). Estampida vaquera del envilecido DolarToday. Y no pare de contar tantas “coincidencias”.

Como todo estaba preparado y planificado, estas maniobras siguieron su curso pero en un escenario no previsto: ¡sin referendo revocatorio! O para decirlo con una frase que Ramos Allup nunca pensó pronunciar ni la oposición escuchar: “No se espanten si el gobierno se queda hasta 2018”. Los planes desestabilizadores prerreferendo se siguen cumpliendo, pero sin revocatorio.

El daño causado a la población es inconmensurable, cosa que no les importa. Todo lo planificado para el “noviembre negro”, ocurre sin RR y con el mundo y el Vaticano apostando por el diálogo. Los padres de la catástrofe creyeron que el Psuv y su vicepresidente, Diosdado Cabello, el GPP y Nicolás Maduro estaban jugando carrito. Por subestimar al adversario, noviembre se les fue en blanco y diciembre los espanta, aunque la conjura sigue.

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