Internacionales

Drones de EE.UU. matan por error a dos rehenes de Al Qaeda

"Asumo la total responsabilidad por todas las misiones antiterroristas, incluyendo está en la que de forma no intencional murieron estos ciudadanos inocentes”, afimó el presidente estadounidense
 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió su responsabilidad en la muerte de un ciudadano italiano y uno estadounidense durante un ataque aéreo perpetrado por drones (aviones no tripulados) norteamericanos, en la frontera afgano-pakistaní, ocurrido el pasado mes de enero.

Las víctimas fueron identificadas como Werren Weinstein, un ciudadano estadounidense que estaba en manos de Al Qaeda desde 2011, y Giovanni Lo Porto, de nacionalidad italiana, que permanecía capturado desde 2012.

"Como Presidente y como Comandante en Jefe asumo toda la responsabilidad", expresó Obama, quien se justificó diciendo que las fuerzas armadas de Estados Unidos "desconocían" que en el lugar del ataque se encontraban los dos rehenes.

Obama calificó al asesinato de estas dos personas como "errores fatales" que cometen fuerzas militares estadoundenses en la "lucha contra el terrorismo" en el mundo.

Al menos 2 mil 400 personas han muerto por ataques de drones estadounidenses desde el 2009 en Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalia reveló un estudio presentado por la organización denominada Buró de Periodismo Investigativo.

Estas muertes ocurrieron durante los cinco años de Gobierno del presidente Obama, quien ha puesto en marcha más de 390 ataques con drones en países del Medio y Lejano Oriente. El estudio además indica que al menos 273 de esos asesinatos, eran civiles y menores de edad, quienes no tenían nada que ver con las acciones bélicas tomadas por el Gobierno estadounidense.

En febrero pasado el operador de drones estadounidense Brandon Bryant, quien participó en operaciones especiales con estas aeronaves no tripuladas en Irak, Afganistán, Pakistán y Yemen entre 2007 y 2011, renunció tras haber matado a más de 1.626 personas.

En declaraciones al programa Witness, de la cadena de televisión BBC, Bryant comentó que sintió "repugnancia" de su trabajo y decidió abandonar su cargo tras estar convencido de haber matado a un niño en uno de sus ataques y después de recibir la orden de asesinar a un ciudadano norteamericano.

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