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Antes y después del 23 de enero de 1958

Pérez Jiménez consolidó en 1952 su régimen, creó la Seguridad Nacional, cuerpo que actuaría como un órgano represor de la disidencia y que era dirigido por Pedro Estrada, hombre de su confianza que se encargó de controlar y silenciar a los dirigentes de la oposición, a quienes encarceló y les propinó las más despiadadas torturas.

Era 1948 cuando el gobierno democrático de Rómulo Gallegos sufrió la traición y sublevación de un grupo de militares comandados por el general Marcos Pérez Jiménez; así comenzaría, el 24 de noviembre de 1948, la instalación en el poder de un régimen dictatorial.

Ese día se acomodó en Miraflores una junta militar de gobierno conformada por Luis Felipe Llovera, Carlos Delgado Chalbaud y Germán Suárez, que fue presidida por Marcos Pérez Jiménez, que permanecería hasta 1952, año en que el general asumiría el poder absoluto del Ejecutivo, cuando se desconoció el triunfo del candidato Jóvito Villalba del partido Unión Republicana Democrática (URD).

En 1952, Pérez Jiménez consolidó su régimen, creó la Seguridad Nacional, cuerpo que actuaría como un órgano represor de la disidencia y que era dirigido por Pedro Estrada, hombre de su confianza que se encargó de controlar y silenciar a los dirigentes de la oposición, a quienes encarceló y propinó las más despiadadas torturas.

Un régimen oscuro

El régimen de Pérez Jiménez estuvo caracterizado por la falta de transparencia en los procesos electorales, una marcada dependencia a las políticas dictadas desde el Pentágono y la Casa Blanca, detenciones, desapariciones, torturas y muertes, además de una inmensa corrupción entre la élite gobernante.

Para 1957, Pérez Jiménez se hizo reelegir como Presidente para el período 1958-1963; sin embargo, el descontento social, sumado a la descomposición interna de su régimen y el trabajo clandestino de los partidos políticos, encabezados por el Partido Comunista de Venezuela, lograron debilitar las bases del régimen.

La disidencia comenzó a publicar diversos panfletos en contra de la dictadura, en los que periodistas, trabajadores y otros sectores también se pronunciaron públicamente.

Al mismo tiempo, los líderes y dirigentes medios de los partidos políticos se movilizaban a través de la Junta Patriótica, organismo que se formó en 1956 y que tenía como propósito incentivar la lucha popular y la agitación política en contra del gobierno.

Madrugada del 23 de enero de 1958

Durante la madrugada del 23 de enero, el dictador Pérez Jiménez se fuga del Palacio de Miraflores para luego despegar desde el aeropuerto La Carlota de Caracas en el conocido avión Vaca Sagrada que lo llevó hasta República Dominicana.

Tras conocerse la noticia de la huida de Pérez Jiménez, el pueblo tomó las calles de Caracas y enfrentó a todos aquellos seguidores de la dictadura, tomó la sede de la Seguridad Nacional donde muchos de los funcionarios del grupo represor fueron ajusticiados.

En pocas horas, el Palacio de Miraflores estaba repleto de la insurgencia rebelde, dirigentes políticos y otros luchadores sociales, entre los que se destacaba el líder del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y periodista Fabricio Ojeda, hombre que presidió la primera junta de gobierno que se instaló luego del derrocamiento del régimen militar.

Nueva hegemonía política

Sin embargo, esta primera junta fue disuelta y se procedió a nombrar una nueva Junta de Gobierno, presidida por el contralmirante Wolfgang Larrazábal y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero.

De esta forma se iniciaría la llamada democracia representativa, que tuvo como bandera política la firma del Pacto de Punto Fijo, donde los partidos políticos AD, COPEI y URD dejan por fuera al PCV y otras agrupaciones que representaban el pensamiento y necesidades del pueblo.

La firma del pacto de Punto Fijo se convertiría en el inicio de una hegemonía política entre los partidos AD y COPEI que gobernaron al país por más de 40 años.

En este período se comenzaría una incesante persecución a los disidentes y movimientos de izquierda los cuales con el tiempo tomarían la clandestinidad para iniciar la lucha guerrillera.

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