Opinión

Anclaje

Pierre Bourdieu afirma que los medios tienen el poder de construir la verdad e imponer una determinada visión del mundo

El peso político, histórico y hasta afectivo que hemos puesto en las próximas legislativas potencia el papel de la mediática y afecta las relaciones que establece con la ciudadanía.

Pierre Bourdieu afirma que los medios tienen el poder de construir la verdad e imponer una determinada visión del mundo. En el caso venezolano, se cierran y endurecen las dos verdades mediáticas -gobierno y oposición-, paralelas y aparentemente irreconciliables. Dotados de tal poder, los medios “dueños de su media verdad” pretenden imponer su visión de la realidad y, además, cumplir la función de producción del consenso y construcción de legitimidad de la versión de país que manejan.

Ante las preocupantes cifras de “descontentos”, “ni ni” e indecisos y, a medida que se acercan las parlamentarias, se desatan fuerzas dirigidas a fortalecer la polarización y la estigmatización hacia aquellas posiciones que no ceden a la presión por la radicalización. El grado de influencia de un medio depende de la confianza que la audiencia deposita en la información que se le ofrece, considerada “la verdad”. El medio “se hace” de una audiencia “devota, políticamente fiel, parcialmente informada y, en algunos casos, perversamente desinformada”. Ciudadanos y ciudadanas “fieles” a sus medios, “suerte de miembros de medios devenidos en partidos políticos”.

Fenómeno que se hace patente en el manejo mediático de la salud económica del país y la gestión de la crisis; las fronteras; la gestión de la seguridad, salud y educación. Los derechos humanos y la reciente reelección de Venezuela para el Consejo de DDHH de la ONU. El ex fiscal Franklin Nieves, en rol de héroe o villano. La legitimidad del CNE y de las propias elecciones.

Conviven sin entrecruzarse dos sociedades mediáticas que han generado sus correspondientes ciudadanías mediáticas avasalladas y cohesionadas en torno al dominio mediático.

Se produce el fenómeno que denominamos “anclaje”, suerte de maniobra de amarre, que realizan los receptores a la información que proviene de los medios que representan el sector político con el que se identifican y que, además, reseñan la verdad en la que quieren creer. Anclaje, que en una sociedad polarizada y radicalizada en dos grupos políticos aparentemente irreconciliables, cumple la función de “certeza informativa”.

maryclens@yahoo.com

/N.A

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