Opinión
Adeco es adeco
El diputado Dávila anunció que el Papa lo invitó de pana al Vaticano y que él aceptó con humildad. Luego, con pena patria, lo vimos dando codazos en la Plaza de San Pedro para acercarse al Pontífice. Empujó a una italiana, machucó a una polaca y le atrapó la mano al sucesor de Pedro. Improvisó un mitin que Francisco I no entendió y le extendió una carta que el Prelado ignoró. “Adeco es adeco hasta que se muera”, sentenció Betancourt, y eso es así, incluso en la antesala del cielo.