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Acusaciones y desenlaces inesperados matizaron boxeo olímpico

Arbitros muy condescendientes o demasiado injustos, y sobre todo votaciones que no se correspondieron con lo sucedido realmente, mantienen en jaque a una disciplina vilipendiada en el seno del Comité Olímpico Internacional (COI).

Acusaciones, protestas e inesperados desenlaces matizaron el torneo de boxeo correspondiente a los Juegos Olímpicos de Beijing-2008, que concluyó hoy aquí. La nota más llamativa llegó desde fuera del cuadrilátero, cuando el rumano Rudel Obreja, vicepresidente de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA), acusó a varios de sus colegas de corruptos.

Según Obreja, que en jerarquía solamente tenía por encima en la AIBA el presidente Ching-Kuo Wu, de Taiwán, y el vicepresidente ejecutivo Gofur Rakhimov, de Uzbequistán, la distribución de los árbitros fue alterada en varias ocasiones. Una comisión investigadora anunció acciones y resultados en pocas horas, pero nada ocurrió, y la imagen del máximo organismo boxístico mundial sigue manchada, en espera de una explicación razonable.

Sobre el cuadrilátero del Gimnasio de los Trabajadores, varios fueron los veredictos injustos, en detrimento de casi todos los países indistintamente. Arbitros muy condescendientes o demasiado injustos, y sobre todo votaciones que no se correspondieron con lo sucedido realmente, mantienen en jaque a una disciplina vilipendiada en el seno del Comité Olímpico Internacional (COI).

Competitivamente, China dominó el medallero con dos oros, una plata y un bronce, mientras Cuba cosechaba ocho preseas, pero ningún título. El insólito puesto de los anfitriones se debió a más de una decisión polémica, de las cuales no escapó ni el estelar minimosca Shiming Zou, favorecido tras empatar a tres con el francés Nordine Oubaali en su segunda salida.

Rusia, pese a perder a la mayoría de sus hombres en los carteles iniciales, concluyó segunda porque finalizó con dos oros y un bronce. La actuación de la mayor de las Antillas fue bastante buena, tomando en cuenta la juventud de la escuadra, conformada en apenas unos meses, pero en las rondas finales languideció.

Injusticias arbitrales en la mayoría de los casos, y actuaciones por debajo de lo esperado en otros, dieron al traste con una mejor ubicación, y balance final de 0-4-4.

Además de China, Mongolia y República Dominicana ganaron oro por primera vez, y con primeras medallas de fueron Islas Mauricio, India y Armenia, del total de 283 boxeadores que subieron al ring procedentes de 74 países.

Sólo un monarca de Atenas-2004 logró revalidar su trono, aunque en una división superior, el ruso Alexei Tischenko, quien no obstante se vio más exigido de la cuenta en casi todas sus presentaciones.

El tailandés Manus Boonjumnong, el único que podía reinar en su misma categoría, quedó en plata esta vez, gracias a una excelente presentación del dominicano Félix Manuel Díaz, quien dio a su país el segundo cetro estival de su historia. Un tercer monarca griego, el kazajo Bakhtiar Artayev, quedó a las puertas de las medallas tras incursionar en la división inmediatamente superior (75).

En cuanto a los campeones mundiales del pasado año, solamente el super pesado italiano Roberto Cammarelle y el chino Zou pudieron ratificar aquí su condición. Por último, el ucraniano Vasyl Lomachenko, monarca de los 57 kilos, se llevó la Copa Val Barker, concedida al mejor pugilista de cada cita estival.

En fin, de casi todo hubo en el torneo bajo los cinco aros del deporte de los puños, pero para sus seguidores permanece el saborcito amargo de que la AIBA se quedó dada, como se dice en Cuba, con el tema de la corrupción en su seno.

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