Opinión

¿Abstención o Sabotaje?

Debemos señalar 1952, cuando AD ordenó a su militancia no votar en las elecciones para la Asamblea Constituyente; sin embargo, fue abrumadora la votación contra la dictadura a través de la tarjeta del partido URD

En los últimos 60 años de la política venezolana, al menos en cuatro oportunidades ha habido posiciones contrarias a los respectivos procesos electorales. La primera vez fue exactamente en 1957, cuando ante el plebiscito convocado por la dictadura de Pérez Jiménez, votar azul para que continuara y rojo en contra; la débil resistencia de entonces llamó a la abstención, y la mayoría acogió el llamamiento, pero los “resultados” oficiales fueron los que divulgaron los medios, impuestos por el gobierno, sin opiniones o informaciones disidentes o distintas. Como ven, aún en la lucha contra la dictadura, se trató de una respuesta democrática. De todas maneras, Pérez Jiménez continuó.

Debemos señalar 1952, cuando AD ordenó a su militancia no votar en las elecciones para la Asamblea Constituyente; sin embargo, fue abrumadora la votación contra la dictadura a través de la tarjeta del partido URD. La orden abstencionista la había dado Betancourt desde el exterior. Algo similar ocurrió en 1962: esa vez fue el PCV, que andaba en la lucha armada, el partidario de abstenerse, pero fue insignificante el porcentaje de quienes no votaron. En ninguno de esos casos, hubo sabotaje.

Muy reciente la otra ocasión. Fue en 1995, convocadas como estaban unas elecciones parlamentarias, la oposición decidió no participar. Pero ¿creen ustedes que fue producto de una discusión en convenciones de partido, de una consulta a las bases o de una decisión de los cogollos partidistas? Nada de eso. ¡Sencillamente fue la orientación que a los partidos opositores les dieron los dueños de los medios! Así como lo ven. Esos medios, que entonces reemplazaban a los partidos, los persuadieron de no ir a esos comicios porque aceleraría la caída del gobierno. Todo según reiteradas confesiones públicas de Ramos Allup.

Estamos a las puertas de unas importantes elecciones, el 30 de julio, para escoger los representantes a la Asamblea Nacional Constituyente. Tenemos claro que una porción numerosa de venezolanos está en desacuerdo y no participó en ninguna de las etapas de ese proceso. Para expresar su posición, tiene la abstención, sencillamente no ir a votar, tal como ha ocurrido en otras ocasiones, y de llamar a los indecisos a que lo hagan.

Esta vez, no obstante, se asoman oscuros nubarrones. Por diversas vías trasciende que grupos opositores amenazan con impedir el voto, sabotear las elecciones, intimidar a los electores. Me parece que andan buscando el camino del diablo. Saben bien que nadie está obligado a votar, pero tiene el derecho de hacerlo y tratar de impedirlo es un delito. Se lo han venido repitiendo, y la vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral, Sandra Oblitas, se los recordó hace poco: “Es un contrasentido de la derecha pretender configurar una democracia tratando de impedir al derecho a la participación, ante lo cual el CNE, con mucha firmeza, ha dicho que se trata de garantizar y facilitar el sufragio”, y agregó que tratar de hacerlo es un delito.

Petit y Fonseca

Con la muerte del centenario Luis Romero Petit, solo sobrevive Enrique “Conejo” Fonseca, entonces declarado como el mejor cátcher amateur del mundo. En ese grupo de jóvenes que en 1941 ganó la IV Serie Mundial de Beisbol, en La Habana, está la base de lo que es el beisbol venezolano de hoy, con sus ocho equipos, tantos grandeligas, etc. Apenas se jugaba cuando, de la mano de Abelardo Raidi, se fueron en un barco Cuba. Y allá cumplieron la más trascendente hazaña del deporte venezolano, que, repito, llevó la pelota a todo el país e hizo lo que los viejos cronistas llamaron “el pasatiempo nacional”. Han transcurrido 76 años, se han muerto uno a uno, y ¿ustedes creen que la Liga los ha recordado?

Sobre comunicación

Nuestro conocido Atilio Borón dictó a casa llena en Rosario, Argentina, una conferencia que bien valía ser oída en nuestro acto de entrega del Premio Nacional de Periodismo, y del que Correo del Orinoco transcribió una versión.

Entonces dijo: “Según el investigador y documentalista australiano John Pilger, en 1983 había 50 corporaciones que poseían los principales medios globales, que en su mayoría eran estadounidenses. En 2002, o sea, 15 años después, había disminuido de 50 a nueve”. Hoy, dice Pilger, son solo cinco. “Y Robert Murdoch, el gran magnate de los medios, dueño de la Fox, ha predicho que hacia el final de esta década quedarán solo tres gigantes mediáticos y que la suya será una de ellas”. Su poder es tal que “muy pocos gobiernos pueden resistir sus embates” y tienen la capacidad fenomenal de chantajear y extorsionar no solo a los gobiernos, sino también a los ciudadanos, a los partidos, a los sindicatos, a todas las organizaciones. Y están por fuera de cualquier control democrático”.

Continuó diciendo que si hay algo en que han fracasado todos los gobiernos progresistas de izquierda de la región, ha sido la comunicación; Cuba incluida.

Como pueden deducir, no es concha de ajo lo que se pretende enfrentar desde Venezuela. También se refirió al poder que hoy tienen las redes sociales, cómo desplazan a la TV y que en los años inmediatos (Facebook tiene 1.880 millones de usuarios) serán el factor decisivo en los procesos electorales.

Historia colombiana

Como histórico fue calificado en Colombia el lunes 27. No era para menos. Después de 53 años de guerrillas de las Farc (a los que habría que sumar muchos mas antes de que aparecieran estas), hacían dejación de las últimas armas individuales un poco más de 7.000. Hubo tres discursos: el representante de la ONU que se refirió al proceso de armas recibidas, que revelaba cómo las Farc habían cumplido sus compromisos; el del Presidente, quien garantizó que el Estado colombiano cumpliría los suyos; y el del comandante de las Farc, quien hizo una relación de los acuerdos que el Gobierno no ha cumplido. Después, el académico Ariel Ávila denunció cómo siete millones de hectáreas les fueron despojadas a los campesinos durante la guerra y que son los ganaderos sus nuevos dueños, quienes mandan a matar a luchadores sociales, campesinos y ex guerrilleros, aparentemente ante la vista gorda del Gobierno.

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