Salud

¡A amamantar! Conoce todas las verdades y mitos de la lactancia

Pocos temas científicos tienen tantos mitos tanto en la población en general como dentro del mismo personal de la salud, como la lactancia materna. Mitos que muchas veces llevan a terminar el proceso de la alimentación al pecho y en otras ocasiones preocupan enormemente a las madres.
 

MITOS

REALIDADES

Amamantar frecuentemente nos lleva a baja producción de leche.

La producción de leche aumenta mientras más seguido se alimente al bebé.

Las madres que se acaloran no deben de amamantar porque la leche le hace daño al bebé.

El calor del sol o del fuego que reciben algunas madres, por mucho tiempo, no altera la leche.

La leche acumulada se daña por lo tanto no debe darse al niño.

La leche materna no sufre alteraciones, siempre está en buenas condiciones.

Cuando la leche es rala ( delgada ) no sirve para alimentar al bebé.

El color de la leche humana es diferente al de la leche de vaca por lo que no debe compararse. Es conveniente recordar que al inicio de la tetada, la leche es más clara que al final.

Si la mamá está resfriada se debe suspender la lactancia.

Si la madre está resfriada deberá tener cuidado para no contagiar a su hijo (uso de cubre bocas). No se justifica suspender la lactancia ya que la leche no sufre modificaciones y en cambio si puede protegerlo contra infecciones.

Cuando se está amamantando la mamá no debe bañarse con agua fría.

Un baño no altera la calidad ni la cantidad de la leche producida.

Si la madre se enoja o se asusta hay que suspender la lactancia.

Estas emociones no afectan la calidad o cantidad de la leche, es importante la tranquilidad de la madre para que el reflejo de bajada no se bloqueé.

Amamantar más de 12 meses es inútil porque la calidad de la leche empieza a bajar después de los 6 meses.

La composición de la leche materna cambia para adaptarse a las necesidades del bebé mientras crece.

Amamantar acostada puede causar infección en el oído del bebé

Debido a que la leche materna es un alimento vivo y tiene una combinación de anticuerpos, factores antiinflamatorios e inmunomoduladores, el bebé es menos propenso a desarrollar infección del oído o de cualquier otro tipo, sin importar la posición en la que se amamante.

Si el niño amamanta frecuentemente puede llegar a ser una persona obesa.

Se ha demostrado que los niños amamantados, controlan la cantidad de alimento que desean en cada toma. El alimentar con fórmula y al introducir alimentos sólidos a temprana edad es mas propicio para la obesidad.

Algunos bebes son alérgicos a la leche materna.

La leche materna es la sustancia más natural y fisiológica que un bebé puede ingerir, si un bebé se muestra sensible con este tipo de alimentación probablemente se deba a alguna proteína externa que se haya absorbido en la leche, mas no a la leche en si.

Amamantar a libre demanda tiene un impacto negativo en la relación de pareja.

Atender al bebé en equipo también puede acercar a la pareja al mismo tiempo que desarrollan juntos sus habilidades como padres.

Es importante que otros miembros de la familia alimenten al bebé para que se identifiquen y se forme un lazo con ellos también.

Alimentar no es el único método por el cual la familia puede conseguir un acercamiento con el bebé, pueden cargarlo, arrullarlo, bañarlo, jugar, etc.

Las madres que cargan mucho a sus bebes para amamantarlos los van a “embracilar” o "malcriar"

Los niños que son cargados frecuentemente lloran menos y muestran más seguridad al ir creciendo.

Amamantar a libre demanda no incrementa el lazo madre-hijo.

Amamantar a libre demanda pone a la madre y el hijo en una sincronía, acentuando el lazo que los une.

Amamantar frecuentemente puede llevar a la depresión posparto.

La lactancia materna actúa como un mecanismo de protección para la depresión.

La madre debe beber leche para poder producir leche.

Los casos más comunes de baja producción de leche son por no amamantar frecuentemente y/o por mala posición. El estrés, la fatiga o mala nutrición, rara vez son causa de baja producción de leche.

Si el bebé no aumenta de peso puede deberse a la baja calidad de la leche materna.

En la mayoría de los casos el bebé que no aumenta de peso está relacionado con que no se le permite tomar la suficiente leche o con problemas de salud.

Siempre deben usarse ambos pechos en cada toma.

 

Es más importante permitirle al bebé terminar con el primer pecho aunque no tome del segundo, para que tome grasas que le ayudarán a ganar peso.

No hay necesidad de despertar al bebé para amamantarlo.

Los bebés recién nacidos a veces no despiertan seguido y se les debe de despertar por lo menos cada 3 horas, después de que terminaron de comer

La madre que amamanta debe espaciar las tomas para dar tiempo a que sus pechos se vuelvan a llenar.

El cuerpo de la madre que amamanta siempre está produciendo leche, entre más vacío este el pecho, más rápido produce leche para reemplazarla.

Los bebés obtienen toda la leche que necesitan en los primeros 5 a 10 minutos.

Los recién nacidos que están aprendiendo necesitan más tiempo para comer, 15 a 30 minutos.

La madre solo necesita amamantar 4 a 6 veces al día para mantener una buena producción de leche.

Amamantar 8 a 12 veces al día durante las dos primeras semanas aumenta la producción de leche.

Como se puede leer son múltiples los mitos que van en contra de una lactancia materna exitosa. Lo preocupante es que no solo las madres pueden llegar a tener estos mitos sino también médicos, enfermeras y personal de salud en general. Por lo que el preocuparse por actualizar o adquirir los conocimientos necesarios para apoyar a las madres en lograr una lactancia exitosa en muy importante.
 

 

Articulos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button