Por consecuencias del calentamiento global la Navidad no será blanca este año

Tanto Europa como Estados Unidos experimentan estos días unas temperaturas nada acordes con la época del año en la que nos encontramos. La media en Alemania durante diciembre, por ejemplo, es cinco grados superior a la habitual. En Suiza las estaciones de esquí están muy lejos de registrar sus mejores condiciones para la práctica de este deporte y solo aquellas que proporcionan nieve artificial consiguen satisfacer mínimamente a los esquiadores.

 

“Es verdad, el tiempo es más agradable, pero es preocupante. Cada año hay menos nieve, y es una auténtica pena para el esquí”, dice una joven sobre la cantidad de nieve, cuatro veces más baja que hace tres años.

 

En Rusia, temperaturas realmente inusuales. Moscú esta semana ronda los siete grados, algo impensable a finales de diciembre. Los tradicionales toboganes y las pistas de hielo…se han derretido.

 

“Desde luego esto no es un invierno ruso”, confiesa una moscovita. “Algo va mal. Estamos contentos con todos estos árboles navideños y con la decoración, pero echamos de menos la nieve, el frío y ese ambiente que sólo la nieve puede darnos. Esa limpieza en el aire. Ahora mismo sólo hay suciedad”.

 

El Reino Unido o Francia también son testigos de unos cambios en los que, según los expertos, tiene mucho que ver el famoso fenómeno El Niño, que este año ha calentado más de lo común las aguas del Pacífico cambiando con ello el clima de medio mundo.