Opinión

¡Qué manitos!

Desde la mano de Madariaga negando a Emparan en 1810 hasta la manito que se pelean dos “unidades”, la historia es larga. El slogan de Perez II que desembocó en el Caracazo era “manos a las obras”, que el humor tradujo por “manos a las sobras”. Cuentan que Frijolito, ex candidato de la Unidad, se lavaba con alcohol después de dar la mano al pueblo. Los enemigos de PDVSA chillaron: “el paro se nos fue de las manos”.  Un guarimbero descuartizador se justificó: “Se me pasó la mano”.

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