El dilema del Síndrome de acumulación compulsiva
No tiene nada que ver con el síndrome de Diógenes a pesar de que tengan relación. Desde hace apenas un par de años, el Síndrome de acumulación compulsiva o disposofobia cuenta con su propia categoría médica y se refiere a cuando la acumulación de objetos -en cantidades desorbitadas o fuera de lo aceptado socialmente- se convierte en un trastorno mental, en una enfermedad relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
El trastorno por acumulación o Síndrome de acumulación compulsiva nace de la necesidad irrefrenable de adquirir objetos –normalmente de poco valor económico-, guardarlos o almacenarlos y ser incapaz de deshacerse de ninguno de ellos.
El sector de población más afectado por este trastorno es el de personas jóvenes, sobre todo mujeres. Esta conducta repetitiva de acumulación, sin embargo, no les produce ningún tipo de malestar emocional, solo en el caso de que tuvieran que desprenderse de ellos (al contrario de lo que sucede en otros trastornos obsesivo-compulsivos).
Este trastorno psicológico constituye un problema cuando el que lo sufre siente interferencias en su día a día, como el hecho de no poder realizar las tareas cotidianas (cocinar, limpiar…) con normalidad por la falta de movilidad a causa de la acumulación de cosas, o la convivencia con familia, amigos o vecinos se vuelva problemática. Es el momento de acudir a un especialista.
Debido a lo reciente de su integración como enfermedad independiente de otros tipos de conductas acumuladoras (como el Síndrome de Diógenes o el propio TOC), se trata de una patología aún en vías de estudio. Según las estimaciones actuales, entre el 2-5% de los adultos padece este síndrome que podría ir desde la acumulación de comida, cubiertos, juguetes, ropa y complementos, figuras, libros o incluso animales.