Universidad: pieza faltante
Se juramentó ante el Presidente la Alta Comisión para la Independencia Científica, Tecnológica y Económica, a la cual aludí en anterior artículo
Se juramentó ante el Presidente la Alta Comisión para la Independencia Científica, Tecnológica y Económica, a la cual aludí en anterior artículo. La idea es “generar procesos de transformación tecnológica y económica en Venezuela para sustituir las importaciones, incrementar la capacidad productiva del país y dejar la dependencia de la renta petrolera”. Es una iniciativa clave para nuestro futuro. Lo cierto es que, más allá de las dificultades de la coyuntura, tenemos buenas condiciones para construir una nación justa y próspera, en armonía con la naturaleza: enormes reservas de petróleo, agua abundante, suelos aptos para el cultivo, clima benigno, diversos minerales estratégicos… A todo ello se suma una infraestructura de plantas industriales, explotaciones agrícolas, puertos, carreteras, etc. Y lo más importante: una población joven cuya formación, si bien todavía no es óptima, sí resulta bastante adecuada y tiene cómo mejorar.
Sería trágico desaprovechar estas condiciones para quedarnos vendiendo petróleo crudo y ensamblando algunos productos a partir de componentes comprados fuera, sin mayor creatividad tecnológica: esta no es la sustitución de importaciones que necesitamos. También sería trágico avanzar hacia una economía más productiva pero desigual, donde una minoría lograra grandes fortunas y la masa trabajadora viviera precariamente. Por eso la insistencia del Gobierno nacional en producir más para el vivir bien de todas y todos es muy relevante; así como su interés en la construcción de sistemas de integración en Latinoamérica y el Caribe: solos no podremos avanzar mucho. Claro que no se trata de elaborar aquí todo lo que necesitamos, sino de comenzar por diversos bienes y servicios en algunas áreas donde tenemos ventajas, como petróleo, petroquímica, acero, aluminio y agricultura tropical.
Se insiste en que esta economía productiva requiere el aporte científico y tecnológico nacional: ¿cómo se integrarán entonces las universidades a tal empeño? Hoy día los salarios de su personal se han deteriorado demasiado, sus instalaciones y dotación son deficientes, y no se les ofrecen perspectivas de proyectos donde insertarse. Es urgente una nueva política hacia ellas, pues sin su contribución no avanzaremos.
Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
/N.A