Malos hábitos que alteran a tus hormonas
Las hormonas son esenciales para la vida. Funcionan como “mensajeros” que intervienen en tu crecimiento, desarrollo, metabolismo, estado de ánimo y hasta regulan el deseo sexual, solo que el estrés, alimentos, medicamentos y ciertos hábitos pueden alterar su actividad. Aquí citamos algunos.
Vivir bajo presión
Si estas acostumbrada a vivir bajo constante estrés o presión estas en riesgo de reducir tus niveles de Klotho en la sangre, hormona que regula el envejecimiento y mejora la parte intelectual, indica una investigación realizada en la Universidad de California, Estados Unidos.
Abusar de alimentos azucarados
Si una de tus grandes debilidades son los dulces o los alimentos con demasiada azúcar, ten cuidado porque tus niveles de cortisol, hormona que ayuda a tu organismo a estar alerta, se reducen. Como consecuencia tu metabolismo falla, baja tu presión sanguínea y ritmo cardiaco, además puedes sufrir deshidratación.
Desvelarte
Cuando te desvelas tienes un desequilibrio hormonal. Esto provoca que el ritmo circadiano, regulador del ciclo de sueño-vigilia, se altere y tus niveles de melatonina caigan ocasionando problemas de insomnio o sueño de mala calidad, es decir, despiertas cansada y sin energía, explican investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Cenar e inmediatamente acostarte
Cuando cenas y te vas inmediatamente a acostar provocas que tu nivel de insulina aumente. Esta hormona controla el nivel de azúcar en la sangre. Como resultado surge dolor de cabeza, sudoración, mareos, cambios de humor, visión borrosa y pérdida del conocimiento
Hacer ejercicio demasiado tarde
El entrenamiento de cardio en la noche eleva la temperatura del cuerpo significativamente, lo cual impide que liberes melatonina, esto es causa de interrupción del sueño y niveles elevados de noradrenalina y dopamina, hormonas que estimulan la actividad cerebral. Evite este tipo de ejercicio por lo menos 3 horas antes de acostarte.
Los Institutos Nacionales de Salud explican que es esencial mantener en equilibrio la función hormonal, ya que en exceso o la falta de una hormona pone en riesgo la salud.