Opinión

Pesadilla por la IV República

El periodista Pedro Cuartilla, llegó a su casa a punto de mediodía, se acostó en su hamaca y mientras reposaba, encendió el radio y se puso a oír su emisora favorita Mundial Margarita (1020am, 92.9fm y www.radiomundial.com.ve) y ahí escuchó una anécdota de un margariteño, llamado Justo Núñez, quien señalaba: “Entonces me le acerqué al jefe y le dije: “en el día de la Madre, usted debería mandarle un regalo a mi mamá”. Y el hombre me dijo: "¿Por qué tengo yo que enviarle un regalo a su mamá?" Y yo le contesté al jefe: "Porque yo no lo he matado a usted, por ella, para que mi mamá no tenga un hijo preso".

El reportero, asomó una sonrisa y pensó: “Definitivamente, los margariteños tenemos el humor a flor de piel, no hay duda; con este cuento de Justo Núñez, hijo de la Tacarigua de Margarita, se demuestra.

Luego de esto siguió escuchando su estación predilecta y ahí, aparte de oír avances informativos y música, fue oyendo micros sobre el terror de la IV República, que tratan sobre los asesinatos y desapariciones de mártires margariteños, y en eso se fue dormitando por la secuela de una larga lectura hasta altas horas de la noche, y empezó a oír noticias sobre levantamiento de militares y civiles en Puerto Cabello y Carúpano contra los gobernantes, donde muchos eran los asesinados y heridos. Después más adelante escuchaba informaciones sobre torturas, asesinatos y desapariciones de líderes políticos y estudiantiles por estar en contra de aquellas políticas represivas y asesinas en contra del pueblo. Más tarde escuchó hasta los disparos en contra de una manifestación espontánea que se levantó por las políticas hambreadoras de sus gobernantes y que se conoció como la masacre del “Caracazo”… y eso lo hizo salir de su letargo y volvió a la realidad y saltó de la hamaca y ante una imagen de la virgen del Valle, se arrodilló e imploró: “Gracias mi virgencita, que sólo fue un corto y terrible sueño, pues nada más de pensar que esos tiempos vuelvan, es para preocuparse y hasta rezar para que una Patria tan grande como ésta, no reciba semejante maldición”. Después, se dijo: “Y pensar que lo repudiable es que aún hay ciertas personas (gente pensante, dicen) que quieren que determinados “wuones” vuelvan a imponer tan tenebrosos periodos”.

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