Salud

Aguantar las ganas de ir al baño podría ser perjudicial para su salud

Ir al baño es una necesidad fisiológica, como es el tomar agua; obviamente, si nuestro cuerpo pide que vayamos al baño es porque existe la necesidad de desechar algo tóxico del organismo. El hecho de que la orina permanezca mucho tiempo dentro de la vejiga puede generar varias consecuencias:

1.- Las temidas infecciones

Jamás debemos pasar por alto que la orina, aparte de agua, incluye todas y cada una esas substancias de desecho que el cuerpo no precisa y que los riñones se han encargado de filtrar. Así, en la vejiga tendremos una mezcla de pequeños restos, de substancias ácidas y amoníacos que, poquito a poco, pueden dañar las paredes del tracto meadero y de la propia vejiga.

Tampoco podemos olvidar que, toda vez que vamos al baño, se genera una supresión de todas y cada una de las bacterias presentes en la uretra, eludiendo con lo que migren a otras zonas donde pueden ocasionar las temidas infecciones. ¿Qué sucede entonces cuando, por las razones que sean, no tenemos más antídoto que soportar las ganas de mear?

Que estas bacterias están más tiempo en nuestro cuerpo y, por lo tanto, existen más posibilidades de que terminen adhiriéndose a la vejiga o bien otras partes causando la temida cistitis. ¡No te soportes las ganas! ¡Asiste al baño!

2.- Agrandamiento de la vejiga

Generalmente, la vejiga acepta entre ciento cincuenta y doscientos veinte ml de líquido (depende, claro está, de cada persona). Es en estas medidas cuando se activan unos receptores que informan a nuestro cerebro de que es ya hora de asistir al baño. Entonces, el cerebro activa la sensación de dolor y molestia a fin de que lo hagamos, a fin de que vayamos inmediatamente a vaciar la vejiga.

¿Qué sucede si no lo hacemos? ¿Qué ocurre si no obedecemos a nuestro cerebro? Que nos vamos a quedar sentadas, procurando olvidar “esas ganas” y que, por si fuera poco, proseguiremos tomando, comiendo y el líquido proseguirá incrementando en las paredes de la vejiga, ensanchándola y ocasionándonos distintos daños. Es algo peligroso que debes tomar en consideración.

3.- Cálculos en los riñones

Pocas enfermedades son tan horribles como un cólico renal. Hay personas más proclives que otras a generar esos cálculos en los riñones mas, generalmente, el simple hecho de contener la orina es unfactor que asimismo puede determinar su aparición.

Si eres de esas personas que soporta con su vejiga llena hasta el instante de llegar a casa, debes saber que, aparte de padecer infecciones, vas a estar provocando que en tus riñones comiencen a instalarse pequeños cristales, en general producidos por el calcio, el fosfato, el amonio y el magnesio.

Son restos que se instalan con mucha facilidad en nuestros riñones, pasando de ser simples cristales a genuinas piedras que, para quitarlas, causan un enorme sufrimiento.

Evítalo tomando mucha agua y acudiendo al baño toda vez que tu cuerpo lo necesite.

4.- Reflujo vesico-uretral

El reflujo vesico-uretral es un inconveniente bastante grave que debes conocer y que asimismo puede aparecer debido al incorrecto hábito de soportar las ganas de mear. Esta enfermedad se produce cuando la orina, en vez de ser expulsada al exterior tras estar un tiempo guardada en la vejiga, retorna a la uretra y los riñones, causando infecciones muy graves.

Por norma general el reflujo vesico-uretral tiene distintas fases que van desde la I a la V, conforme la intensidad, siendo la primera fase la más ligera, ahí donde la orina solo llega a lograr al uréter. No obstante, en el instante en que el reflujo o bien la orina llega prácticamente día tras día hasta el riñón, ya estaríamos en la fase V. Es algo grave que debemos valorar pues, aparte de infecciones, asimismo podríamos padecer lesiones en la zona de los riñones. ¡Tenlo en cuenta!

5.- Malestar, calambres y cansancio

Soportar las ganas de mear no es cualquier cosa. Es algo serio que jamás debe transformarse en una costumbre. Si tu cuerpo te manda una señal a fin de que vayas al baño, es mejor no retardarte más de diez o bien quince minutos. Al final, nuestro cerebro va a dejar de informarnos y van a llegar las consecuencias.

Vas a sentir tu vientre hinchado. Por si fuera poco, la acumulación de líquidos y toxinas contenidas en la vejiga deriva por norma general en escalofríos y, más tarde, en dolor pélvico. O sea, ya no sentimos “la urgencia” de ir al baño; ahora nos notaremos más cansadas, más lentas y con determinado atolondramiento. Eso hace, por si fuera poco, que tomemos más líquidos para despejarnos, lo que agudizará todavía más la situación.

Expertos recomiendan orinar por lo menos cada tres o cuatro horas, lo que al final del día se traduce en seis o siete idas al baño, para que la vejiga no se esfuerce tanto.

El médico recomienda orinar por lo menos cada tres o cuatro horas, lo que al final del día se traduce en seis o siete idas al baño, para que la vejiga no se esfuerce tanto.
El médico recomienda orinar por lo menos cada tres o cuatro horas, lo que al final del día se traduce en seis o siete idas al baño, para que la vejiga no se esfuerce tanto.

El médico recomienda orinar por lo menos cada tres o cuatro horas, lo que al final del día se traduce en seis o siete idas al baño, para que la vejiga no se esfuerce tanto.
El médico recomienda orinar por lo menos cada tres o cuatro horas, lo que al final del día se traduce en seis o siete idas al baño, para que la vejiga no se esfuerce tanto.

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