Todo por un clic
Aquí estoy, como cada mañana, sentada frente a mi compu, con mi café enfriándose a un lado mientras busco con pinzas las noticias del día entre un alud de titulares redactados por gente que nos vio cara de idiotas, o peor, de billetera
Aquí estoy, como cada mañana, sentada frente a mi compu, con mi café enfriándose a un lado mientras busco con pinzas las noticias del día entre un alud de titulares redactados por gente que nos vio cara de idiotas, o peor, de billetera.
Los medios digitales, como todos los medios, son un negocio, esta vez, basado en el tráfico que tenga la página en cuestión. Mientras más gente haga clic en tu noticia, más caro vendes tus espacios publicitarios. Y uno supondría que el tráfico se genera informando mejor, pero no, algún genio descubrió que el morbo, la estupidez, el escándalo y la intriga son las recetas del éxito y desde entonces, el afán del clic, convirtió a los medios digitales en emboscadas para webones.
Si el Presidente anuncia un cambio en el gabinete, los medios ya no titulan “Designado fulano de tal para el ministerio de tal cosa”; nooo, ahora te dicen “Sepa quién fue designado para adivine qué ministerio”. Al ladito, un titular pretende tentarte: “Fulana se desnuda”, y uno sabe que fulana no es de esas fulanas que andan por ahí mostrándolo todo, así que me huelo la trampa y evito el clic, ya de un humorcito que me amarga el café que se hace aún más amargo cuando noto con impotencia, que esa noticia, que más que noticia es un anzuelo para pescar pendejos, es la más leída de la semana. Porque los periódicos digitales también hacen eso, te ponen las nota más leídas y te dicen cuantos pendejos cayeron para que caigan más… ¡Y caen!
Los pescadores de incautos tienen un arsenal de anzuelos reforzados, no solo con palabras “concha de mango” sino con fotos pegajosas y sacadas de contexto. Fue así como esta semana vimos la imagen de un futbolista, en plena cancha, halándose el copete con angustia bajo un titular que decía: “Fulano conmociona las redes sociales.”
La conmoción era, y esto ya lo sabía por andar por las redes, que el jugador había publicado en Twitter una foto de él, en su casa, junto a sus dos hijitos. Nada más, cero conmoción.
Y así, entre mujeres desnudas que no se desnudaron, y otras que sí lo hicieron tantas veces que no son noticia, entre la empanada más grande el mundo, futbolistas paternales, una reina de zapatos transparentes y una perrita que se murió, la información agoniza en el fondo del baúl de las noticias que nadie leyó.
carolachavez.wordpress.com
@tongorocho
/N.A