Catástrofes naturales que podrían acabar con el mundo
Desastres naturales como tormentas, inundaciones y terremotos solo tienen efectos globales debido a la interconexión de las sociedades humanas y las economías, mientras que las grandes erupciones tienen efectos geofísicos directos en todo el mundo.
La erupción del volcán indonesio Tambora hace 200 años, que dejó 60.000 víctimas mortales e inspiró a Mary Shelley para escribir su famoso ‘Frankenstein’, fue la mayor explosión volcánica de la historia moderna. ¿Qué otras catástrofes podría terminar con la civilización humana?
La cortina de partículas de sulfato que expulsó el Tambora a la estratosfera enfrió los continentes del planeta una media de 2°C el año siguiente; a escala local algunos cambios fueron mucho más graves y provocaron un caos agrícola en América del Norte, Europa y China, recuerda un artículo de The Economist.
Otros desastres naturales como tormentas, inundaciones y terremotos solo tienen efectos globales debido a la interconexión de las sociedades humanas y las economías, mientras que las grandes erupciones tienen efectos geofísicos directos en todo el mundo.
Sin embargo, los volcanes no son las únicas amenazas para la existencia de la humanidad.
Una repetición de la erupción del Tambora tendría efectos climáticos similares, aunque es posible que en el mundo de hoy su impacto humano no fuera tan grave. Pero la próxima gran erupción podría ser mucho más intensa que la que regaló al mundo el ‘Frankenstein’ de Mary Shelley.
En términos de volumen de roca, la erupción de la caldera volcánica del Taupo, en Nueva Zelanda, hace 26.500 años, fue más de diez veces mayor que la de Tambora, mientras que la del Toba, en Indonesia, hace 75.000 años, fue casi 100 veces más potente que la erupción del Tambora. Las cenizas del Toba cubrieron con una capa de un centímetro o más de espesor un área en la que actualmente viven 2.000 millones de personas.
La erupción del Toba sería en la actualidad un golpe devastador para la seguridad alimentaria a escala global y provocaría decenas o cientos de millones de víctimas.
Asteroides
Los únicos otros desastres naturales que podrían tener consecuencias similares son los impactos de asteroides y cometas, que pueden alterar enormemente el clima del planeta. Se calcula que un asteroide de uno o dos kilómetros de diámetro impacta en la Tierra aproximadamente cada millón de años, y algunos estiman que sus efectos podrían ser lo suficientemente graves como para causar la muerte de cientos o miles de millones de personas.
También ha habido impactos más potentes; el meteoro que cayó a la Tierra en lo que hoy es la península de Yucatán a finales del período Cretácico, hace 66 millones de años, medía probablemente 10 kilómetros o más de diámetro. Ese impacto es ampliamente considerado como la causa de la extinción masiva de más de la mitad de las especies que poblaban el planeta en aquel momento.
Lo bueno de los impactos de asteroides es que son raros y evitables. Porque, aunque los seres humanos pueden provocar cambiar climáticos (y los cambios que actualmente están provocando los humanos tienen efectos a largo plazo sobre el clima y otros aspectos de la Tierra, como la composición química de los océanos), a día de hoy no existe ningún método que permita a los humanos detener o prevenir una gran erupción volcánica como la del Toba.
"Y si las posibilidades de que se desate una guerra nuclear son de solo una contra 10.000, eso significa que existen más probabilidades de que en los próximos 7.000 años suframos una erupción de la magnitud de la del Toba", concluye el artículo.