Paz o hecatombe
El capital transnacional va derivando hacia el fascismo que puede significar el final. Se impone la paz, que puede, en lo inmediato, significar un compromiso, que parece ser hacia donde se orientan Rusia y China
No sólo se está iniciando un nuevo año, sino una nueva década. La humanidad y la naturaleza se vienen debatiendo en medio de esas opciones. Debemos estar atentos no sólo a lo que ocurre con la humanidad. Oigamos también los gritos de la naturaleza:
01/01 – sismo de 5.0 grados afectó a Chile y Argentina; 02/01 – aterriza un meteorito en Alaska; 03/01 – sismo de 6.1 afectó a Chile y Bolivia; 03/01 – volcán Aso en Japón central se considera en alerta de erupción por esparcimiento de cenizas; 05/01 – sismo de 5.0 en Islandia; 05/01 – terremoto de 6.5 grados en Oaxaca, México; 05/01 – 200 incendios forestales aún activos en Australia: 25 muertos, más de 1000 desplazados, aprox. 500 millones de animales han muerto en las 6 millones de hectáreas quemadas. El fuego amenaza los glaciales; 06/01 – terremoto de 5.8 en Puerto Rico; 06/01 – tenues lluvias en Australia tras meses de intensa sequía; 06/01 – volcán Sakurajima en Japón central hace erupción.
No estoy seguro de que hayamos oído suficientemente el dramatismo e intensidad de ellos. Quizás hemos puesto más atención al bombardeo de Trump que en Irak asesinó al general iraní Soleimani, pues eso nos amenaza con la generalización de la guerra contemporánea que nos desafía con la destrucción conjunta mediante la guerra, de la humanidad y mediante el cambio climático, de la naturaleza.
El capital transnacional va derivando hacia el fascismo que puede significar el final. Se impone la paz, que puede, en lo inmediato, significar un compromiso, que parece ser hacia donde se orientan Rusia y China.
Veamos lo que dice Edgar Morin: … “un compromiso puede ser un resultado provisional: … una victoria a medias o una derrota a medias””… por ejemplo, “cómo resistir la regresión planetaria que invade todos los continentes”…“cómo desarrollar un nuevo pensamiento, una nueva política, nuevos modos de organizar la acción”. En fin, una manera de conquistar la paz deteniendo las fuerzas del egoísmo-individualismo, fundados en el materialismo reproductor de la barbarie, para fortalecer la solidaridad y finalmente, la unidad de la humanidad y la naturaleza, capaces de generar fuerzas productivas que detengan la política criminal de Milton Friedman que sostiene que en estado de schok, lo políticamente imposible se hace políticamente inevitable.
Constituyente