Opinión

¿Diálogo o sanciones?

El gobierno español -por ahora Partido Socialista y Unidos Podemos y otros sectores democráticos-, reaccionó y el diálogo recobró su poder disuasivo

1 Hasta hace pocos días la política internacional de los grandes centros de poder contra Venezuela se manejaba a través de un cerco consistente, en primer término, en el aislamiento y, luego, en la aplicación de sanciones económicos, financieras y comerciales, dirigidas a asfixiar al país. Situación que en el curso de su desarrollo contempla -en la etapa final- la intervención armada como última instancia.

2 La dirección de esa política, arbitraria, violatoria del derecho internacional, y por lo demás anacrónica, reñida con la actual realidad multicéntrica del mundo y el respeto al derecho soberano de las naciones, ha estado en manos de gobiernos norteamericanos. Tanto su elaboración como su aplicación grosera. Ha sido la Casa Blanca, con un huésped caracterizado por la anormalidad como Donald Trump, la que asumió esa línea de acción y la aplica, desestimando las reacciones que genera en el mundo.

Donald Trump metió por ese canal a los gobiernos de la Unión Europea y a los países que se asociaron en el inefable Grupo de Lima, pero como toda política forzada por las circunstancias, y a pesar de las fuertes presiones ejercidas desde Washington, las reservas frente a ella no tardaron en manifestarse. El cambio en España, de un gobierno ultraderechista como el de Rajoy por uno democrático como el de Sánchez, despertó reacciones que se hallaban latentes, contrarias en esencia a la arbitraria conducción  de Trump.

4 Sin duda se ha producido un cambio inusitado -¿hasta dónde puede llegar?-, en la política que se venía aplicando contra Venezuela, cuyo desenlace  más traumático ocurrió en el evento efectuado en República Dominicana cuando Julio Borges rompió, de manera insólita, la posibilidad de un acuerdo Gobierno-oposición venezolana. Pero el efecto de este hecho, que aparentemente cerraba las puertas al diálogo, tuvo manifestaciones de signo diferente. La absurda situación que derivó de aquel zarpazo alevoso contra el diálogo, revirtió negativamente para los autores circunstanciales.

5 El gobierno español -por ahora Partido Socialista y Unidos Podemos y otros sectores democráticos-, reaccionó y el diálogo recobró su poder disuasivo. Se abrieron espacios para que éste recuperase su vigencia y develara las maniobras de la derecha. Acompañado por una inteligente prudencia, sin forzar situaciones críticas ni incurrir en provocaciones, las iniciativas avanzaron con un mensaje basado en la sensatez. En contraponer diálogo a violencia; pluralismo democrático versus autoritarismo; racionalidad contra irracionalidad. En otras palabras la paz frente a la guerra.

6 ¿Cuál es la clave para el desarrollo coherente de una nueva política sobre el tema Venezuela? No es la semántica, y, menos aún, una oscura conjura de las fuerzas progresistas para salvar al gobierno de Nicolás Maduro -que ha demostrado capacidad de aguante-, sino evitar que un gobierno progresista, con profundo contenido social, que reivindica la soberanía nacional, sea aplastado por la ultraderecha y el imperio en medio de un baño de sangre. La clave no es otra que cambiar la absurda política de sanciones por una racional de diálogo. Es decir, poner de lado la amenaza, el chantaje, la fuerza bruta, y abrir las puertas al diálogo. Espacio que excluye la violencia e impulsa el entendimiento. Es por eso que los que siempre han disparado contra el diálogo reinciden atacándolo de nuevo, descalificándolo, porque consideran que se trata de una celada. Con ese argumento han perdido oportunidades brillantes para remontar y se han hundido en la charca en que se encuentran la actualidad.

El Laberinto 

  • Algo más sobre lo que sucede con el diálogo y las sanciones. Tan pronto el canciller de España, Borrel, tocó el tema y le dio un viraje al planteamiento, la derecha reaccionó con su característica violencia. Las redes se llenaron, en Venezuela y en el mundo, de agravios de todo tipo, acusando a aquellos que manifestaron estar de acuerdo con una política distinta sobre Venezuela, basada en el diálogo y excluyente de la violencia, de traidores, de vendidos, etc…
  • Era de esperar que tal actitud fuera la respuesta, la cual se repite desde hace 20 años y que, por lo demás, explica las continuas derrotas, en todos los terrenos, de la oposición y el ridículo papel que han jugado en el exterior quienes la apoyan…
  • Por eso el espectáculo grotesco de los acompañantes de la esmirriada oposición venezolana -lo que queda de ella-, balanceándose entre el apoyo al cambio de política respecto a Venezuela y el mantenimiento de la línea de acción trazada por el gobierno de Trump, consistente en sacar de Miraflores al presidente constitucional, Nicolás Maduro, al costo que sea…
  • Tiene que estar claro para todos -y lo confirma lo sucedido durante las dos décadas del chavismo en el poder- que el proceso bolivariano cuenta con un amplísimo apoyo popular y con la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, mientras que la oposición prácticamente ha desaparecido. Pensar que la política del acoso, de la conspiración permanente, de las sanciones, del bloqueo salvaje, de las amenazas a diario, logrará deponer a Maduro, acabar con el régimen constitucional, es repetir errores, persistir en políticas equivocadas.       Hoy se puede afirmar que el gobierno democrático venezolano que preside Maduro está más consolidado, tiene mayor experiencia y capacidad para manejarse en el marco de las dificultades. Hoy día luce más remota  la posibilidad de derrocar al Jefe del Estado, de acabar con la constitucionalidad y el orden institucional que se ha dado la República. Repito lo que he dicho en otras oportunidades: Venezuela es un hueso duro de roer…
  • Eduardo Fernández es un político que maneja ideas. Que no rehuye exponer sus puntos de vista y es por vocación una persona dialogante. Asume con facilidad la divergencia y es respetuoso del adversario. Manuel Felipe Sierra, excelente periodista y analista, le hizo a Fernández una larga entrevista sobre la situación del país, lo que él vislumbra por ahora y la perspectiva futura, que recoge en un libro titulado de manera audaz, “La Traición de los Mejores”, cuya lectura recomiendo…
  • Informaciones de Inteligencia indican que Colombia instaló en territorio fronterizo con los estados venezolanos Apure y Bolívar, dos bases militares más. ¿Con qué finalidad? Tenía, hasta ahora, siete, totalmente controladas por el gobierno norteamericano, con autonomía propia y jurisdicción especial. Ahora tiene nueve en plena actividad…
  • Por cierto, del Táchira reportan la movilización de efectivos del Ejército colombianos, o de irregulares paramilitares, con “cascos azules”. ¿Qué lectura tiene este hecho? Los contingentes que utiliza la ONU en lugares de conflicto utilizan cascos azules…
  • En Chile el escándalo generado por la pedofilia en el seno de la Iglesia Católica no  tiene parangón. El Papa Francisco ha expulsado, hasta ahora, a ocho Obispos muy destacados de la Iglesia, incluyendo a un Cardenal. La confusión en los católicos de esa nación es muy grave, ya que compromete a la cúpula de la institución. Previamente a la decisión papal, la Conferencia Episcopal de Chile fue citada a El Vaticano para tratar el tema. Según parece esta es una modalidad puesta  en práctica por Francisco para sincerar la relación con los obispos ante situaciones difíciles. Hace poco la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) viajó en pleno a Roma y  conversó con el Pontífice. ¿Qué temas abordaron?

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