En la isla de Wogeo, Nueva Guinea, las mujeres tienen un poder mortal sobre los hombres: el simple toque de una mujer puede acabar con un miembro masculino. ¿Cómo? Simplemente “rozando” la comida del hombre cuando la mujer está menstruando. Quizás por ello se pueda entender cómo esta tribu es capaz de practicar la subincisión del pene.
En Wogeo los hombres culpan a las mujeres por todos sus problemas, y viceversa. Ellos las ven a ellas como la fuente de todo mal, y ellas se burlan de los hombres y su pretendida importancia.
Sin embargo, el problema que reconocen podría expresarse como un “no puedes vivir con ello/as, pero tampoco sin ello/as”; los niños necesitan alimentarse de su madre, los esposos y las esposas dependen económicamente el uno del otro, y luego existe el deseo de tener relaciones sexuales.
De esta controversia surge parte de sus creencias. Necesitan una limpieza de esta “contaminación” constante, limpieza y pureza que las mujeres obtienen al menstruar: la menstruación purifica a uno de la contaminación del otro sexo. Sí, menstruar es fácil para las mujeres, pero para los hombres es otro cantar: ellos deben desollar periódicamente parte de sus penes para llevar a cabo algo parecido a una menstruación artificial. ¿Qué?