Victoria de Venezuela
Las elecciones del pasado domingo 20 de mayo de este 2018, celebradas en medio de una compleja situación económica, que impacta la vida cotidiana de la familia venezolana, y de una inédita, ilegal e injustificada agresión extranjera, significa una victoria en toda la línea de este duro combate que libramos por la Independencia y la autodeterminación nacional.
Es una victoria de la República, porque hubo elecciones, sus instituciones garantizaron el funcionamiento del sistema electoral de manera soberana, en medio de la amenaza y el chantaje imperial. Especial reconocimiento, merecen el Poder Electoral y nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela.
Victoria del pueblo que salió a votar, en medio de esta difícil situación, ejerciendo de esa manera el derecho a la autodeterminación nacional, sufragando libremente por la opción política de su preferencia.
Victoria en el plano de las ideas, del modelo Socialista Bolivariano de nuestro Comandante Chávez. La mayoría de los que votamos y estoy seguro que buena parte del electorado opositor que no votó, no se dejó seducir por la engañosa oferta de la dolarización y el programa de ajuste del Fondo Monetario Internacional. La mayoría de los venezolanos y venezolanas, una vez más, derrotamos la propuesta neoliberal.
Victoria de la unidad de la pluralidad de fuerzas que conformamos el chavismo, logrando conquistar con ese espíritu unitario esta épica victoria. Especial reconocimiento a los movimientos de base del Poder Popular, por su conciencia y acción de todos los días, y a los y las militantes de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), vanguardia de las victorias electorales.
Victoria del compañero Nicolás Maduroque, tras 5 años de ataques inclementes contra su persona, es reelecto democráticamentepor el 68 % de los votantes. Victoria que logramos, por la estrategia de resistencia y acumulación de fuerzas que él diseñó e implementó tras el revés electoral que sufrimos en el año 2015. Estrategia que tuvo su punto de inflexión positiva hacia esta victoria, el 1 de mayo de 2017, con su valiente y audaz decisión de convocar a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, prevista en nuestra Constitución Bolivariana.
Como bien ha dicho el Presidente Maduro, no podemos dejar que nadie minimice esta victoria heroica de nuestro pueblo. Sin duda que debemos admirar la hazaña de más de 6 millones de venezolanos y venezolanas que votaron por la revolución, debemos reconocer a los que votaron en contra y estamos obligados a comprender las razones de los que no votaron. Debemos escucharnos todos y todas. Somos venezolanos y venezolanas.
Es una importante victoria táctica en medio de una confrontación estratégica, que debemos celebrar, pero no sobreestimar. Hay muchas cosas que corregir, el compañero Presidente lo ha reconocido, no estamos haciendo las cosas del todo bien. Hay mucho que rectificar de verdad y de manera profunda en la manera como gobernamos y como ejercemos el liderazgo deeste gran pueblo, que merece lo mejor de nuestro esfuerzo y de nuestra vocación para el ejercicio eficiente, honesto y revolucionario de nuestras responsabilidades.
En ese espíritu de rectificación, el Presidente trazó seis líneas de corrección del rumbo: Una política de pacificación mediante un diálogo para la reconciliación nacional; la ejecución de un acuerdo productivo para recuperar la prosperidad; lucha renovada y frontal contra todas las formas de corrupción; fortalecimiento y ampliación de los logros del Poder Popular; defensa de Venezuela desde todos los espacios y ratificación del rumbo del socialismo venezolano, en lo espiritual, en lo económico, en lo social, en lo político y en lo territorial.
Estoy totalmente de acuerdo con esas líneas, requerimos reconciliación para garantizar la estabilidad democrática y la unidad nacional frente a la agresión extranjera; necesitamos recuperar y expandir la producción nacional (Pública, comunal y privada) para comenzar a superar la compleja situación económica; es indispensable desmontar el entramado de corrupción funcionarial y privada que está distorsionando nuestra economía y degradando la ética humana; tenemos que recuperar la confianza en el poder popular para salvar la revolución, el pueblo si puede dirigir, producir, cogobernar y debemos tener conciencia que la contradicción principal hoy es Imperio contra la Nación y todo lo que hagamos, en el marco de la unión cívico militar, tiene que tributar a la preservación de la independencia y la dignidad de la Patria.
Especialmente, acompaño la ratificación que ha hecho nuestro compañero Nicolás Maduro, de que es por el camino de Chávez donde debemos seguir andando, el camino de nuestro Socialismo Bolivariano.
Para ejecutar estas seis líneas, se requieren procesos de cambios en la conformación, organización y el funcionamiento del gobierno revolucionario en los distintos sectores y niveles; pero también se requiere una transformación de los métodos y estilos de dirección política en nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela y en el resto de las estructuras organizativas que conformamos esta gran alianza patriótica, democrática, popular y socialista que es el Chavismo.
Sigamos unidos en tormo al programa histórico que nos dejó nuestro Comandante Chávez, para consolidar la Independencia nacional; lograr la erradicación de la pobreza mediante la construcción de un modelo social igualitario; seguir luchando por una Patria honesta, sustentada en una cultura del trabajo productivo; y continuar dando pasos hacia el florecer de una sociedad nueva, auténticamente humana, una sociedad socialista.
Es por el camino de Chávez y no por otro, que siempre triunfaremos. Dios mediante, así será.