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3 errores que cometen conductores al usar el embrague

Nada más abandonar la autoescuela, los conductores comenzamos a sucumbir a un montón de vicios y malas prácticas. Unas veces nuestros comportamientos inadecuados pueden afectar a la seguridad mientras que en otras ocasiones las malas costumbres pueden dañar la mecánica de nuestros vehículos.

Estos malos hábitos suelen concernir sobre todo a las piezas de desgaste como el embrague, componente vital que nos suele dar pistas y señales sobre su mal funcionamiento o sus posibles fallos en el corto plazo.

El caso de un conocido que quemaba un embrague cada 5.000 kilómetros es paradigmático. Unos pocos días después de comprarse un auto, fulminó el primero de ellos. Al concesionario le pareció raro pero el automóvil era tan nuevo que no dijo nada y tramitó la avería en garantía.

Unos meses después, con 4.000 kilómetros más, el vehículo regresó de nuevo en grúa, sin embrague y apestando a ferodo quemado, principal señal del maltrato que había sufrido este. Aquello empezaba a ser muy extraño. Más aún cuando la pareja de esta persona le sugirió al concesionario que tal vez sería bueno que le recomprasen aquel coche. Se llegó a un acuerdo para que lo pudiesen cambiar por uno igual pero con cambio automático.

Después supieron que apoyar siempre el pie izquierdo sobre el pedal del embrague había sido el principal motivo que provocaba aquellos inusitados desgastes.

En este post vamos a ver, por tanto, tres de esos malos hábitos que deberás quitarte si no quieres gastarte un dineral en reparaciones o cambiarte a un modelo que monte una caja de cambios automática, un poco más aburrida para todo aquel que verdaderamente le guste conducir.

Pisar el embrague en los semáforos

Cuando me estaba sacando el carné, al detenerme en un semáforo en rojo, el profesor de la autoescuela me obligaba siempre a poner punto muerto. Seguidamente, debía meter primera y aguantar con el pedal del embrague pisado a fondo. Nunca entendí esa costumbre de esperar a que se pusiera en verde pisando el pedal de la izquierda. Era mucho más cómodo no engranar ninguna marcha.

Es muy sencillo llegar al semáforo, parar si está en rojo y descansar el pie izquierdo en el apoyapies que dispone todo vehículo. Tan solo bastará un segundo para realizar los pasos necesarios en la maniobra para volver a emprender la marcha.

No pisar el pedal a fondo al cambiar da marcha

Como si fuesen las dos caras de una misma moneda, tan malo es no pisar a fondo el embrague cuando se engrana una marcha como no soltarlo completamente tras haber realizado esa acción.

El pedal hay que presionarlo hasta el final del recorrido para que la palanca de cambios se mueva con suavidad y la marcha entre fácilmente, tal y como aconseja la Fundación Mapfre. Una vez que hayamos cambiado la velocidad, se deberá soltar por completo para que el embrague no sufra más de lo debido.

De hecho, lo recomendable, tal y como lo explica la revista de la DGT, es pisar el embrague hasta lo que comúnmente se conoce como ‘punto de salida’ o ‘punto de embrague’, es decir, un nivel en el que cambia la dureza del recorrido del pedal.

Es ahí cuando se debe dejar de pisar poco a poco con el objetivo de engranar la marcha. A su vez, pisar el pedal del acelerador suavemente contribuirá a reducir el tiempo necesario para realizar la maniobra.

Apoyar el pie sobre el pedal del embrague

Cuando no se utilice, el pie izquierdo debe descansar en el piso o en una zona habilitada a la izquierda del pedal del embrague según apunta la cadena de talleres Eurotaller.

Los conductores novatos e inexpertos, no obstante, creen que alejándose del pedal, no serán capaces de volver a encontrarlo cuando les haga falta utilizarlo de nuevo. Por eso, para estar preparados, prefieren apoyarse todo el rato en el embrague.

Aunque la presión sea mínima, siempre se produce un pequeño desacople entre el disco del embrague y el motor según Autonocion, lo que va produciendo un desgaste inusual y acelerado, por mucho que parezca que no está produciéndose contacto alguno entre ambas piezas.

Al fin y al cabo, el gesto para cambiar de marcha será completamente instintivo. Al pensar que debes subir o bajar un ‘escalón’, automáticamente el cerebro moverá la pierna sin errar a la hora de elegir el pedal. Afortunadamente, sería muy extraño fijar el pie en el freno cuando lo que se quiere es embragar, ¿no crees?

Quizás, a la hora de aprender a conducir, sí que es posible que esto ocurra. Sin embargo, tan solo hace falta un poco de práctica para evitar equivocarse, coger el tacto al pedal de la izquierda y, sobre todo, saber jugar con el acelerador. Eso sí, ya sabes, solamente el tiempo necesario para completar el cambio de marcha.

Así que ya sabes que debes pisar el embrague a fondo al cambiar de marcha. Tampoco debes mantenerlo pulsado cuando estés parado en un semáforo. Y por último, no debes circular con el pie sobre el pedal. De lo contrario, te puede pasar como el ejemplo del principio en el que se quemaba un embrague cada 5.000 kilómetros.

¿Conoces alguna costumbre más que pueda ser perjudicial para el embrague? ¿Sabes de alguien a quién le duren tan poco los embragues como al protagonista e antes?

¿Arrancar con el embrague pisado o no?

La eterna pregunta. La respuesta es sí, es bueno arrancar el coche con el embrague pisado por diferentes motivos tal y como se detalla en Circula Seguro. En primer lugar, se reducen las vibraciones en el motor.

Puede parecer una tontería porque el proceso apenas dura algún segundo que otro pero si se repite la misma acción miles de veces durante la vida útil de un automóvil, lo cierto es que es mucho más tiempo del que nos podríamos pensar.

Otro de los motivos que sirven para defender esta práctica radica en un menor desgaste del motor de arranque o la batería. Son 2 componentes cuyas averías pueden suponer un importante desembolso para el propietario por lo que si se pueden reducir las probabilidades de pasar por el mecánico acostumbrándose a realizar esta sencilla maniobra, mejor que mejor.

Tal y como has podido comprobar, es muy importante olvidarse de estas malas costumbres y manías que aprendimos en su día. Más de una visita por el taller nos ahorraremos y, de paso, disfrutaremos más de la conducción sabiendo que estamos haciendo las cosas como toca, ¿no crees?

Así pues, aquí tienes algunas explicaciones gráficas sobre qué hacer y qué no hacer cuando se trata de realizar la maniobra de embragar correctamente. ¿Intentarás, de ahora en adelante, cambiar alguno de estos malos hábitos?

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