Tras 15 años OEA continúa con el fantasma del golpismo en su agenda
Este abril, se encuentra marcado por medios de comunicación que reflejan en sus matrices de opinión una presunta ruptura de las garantías constitucionales en la nación
Este abril en nada se diferencia al de 2002. La sombra del golpismo sigue pisando fuerte sobre Venezuela, el país que la Organización de los Estados Americanos (OEA) mantiene en la mira y al que continuamente presiona por la invocación de la Carta Democrática Interamericana, ¿A qué se debe?
Han transcurrido 15 años de aquellos fatídicos hechos que dejaron 11 personas muertas y al Comandante Supremo y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, derrocado por 48 horas. La historia, hoy parece reeditarse para dar paso a una versión más radical.
El 11 y 12 de abril de 2002 son dos días negros en la historia de la nación, no sólo por los hechos antes citados, sino por haberse comprobado la capacidad de sectores oposicionistas, tanto nacionales como internacionales, para fraguar estrategias épicas que les permitieran alcanzar sus objetivos: tomar el poder sin considerar la opinión y voto de miles de venezolanos.
¿Qué similitud hay entre lo ocurrido y lo que se vive en la actualidad?, el analista internacional mexicano Adolfo Laborde, en entrevista especial vía web para la Vicepresidencia Ejecutiva de Venezuela, señaló que existe un paralelismo, que es reforzado hoy día por una posición más dura por parte de los miembros de la OEA.
El bloque ha legitimado todas las intervenciones de EEUU desde su creación y cuando ocurrió el golpe de abril de 2002 en el país, no tomó ninguna medida contra la dictadura que se estableció y por el contrario, declaró a Venezuela fuera de la Carta Democrática para legitimar la acción.
Un recuento
Parecerá que no hay conexión, pero el organismo regional para 2002 conoció y avaló el golpe de Estado, y no solo ello, sino que previo a los hechos, desde la Secretaría General, se invitaba al país a invocar la Carta Democrática Interamericana, según reseña la política Ilenia Medina, en una publicación en la web de Aporrea, del 13 de abril de 2009.
“Nos preguntaban, ante la situación de confrontación desestabilizadora en Venezuela, por qué no invocar la Carta Democrática Interamericana… a la cual siempre nos negamos”, precisó. Esto a su juicio, era parte de las estrategias de EEUU, para que junto al Golpe de Estado la OEA como instrumento imperial tuviese poder sobre la nación.
El propósito era abonar el terreno para que una vez invocado el instrumento, desestabilizado el país o dada la impresión de que el poder constituido violaba las garantías constitucionales, pudiera intervenir el Secretario General de la OEA, en aquel entonces César Gaviria, opositor de la revolución.
De este modo, la soberanía del país quedaba bajo la tutela del Consejo Permanente del organismo y de Gaviria, o simplemente el bloque definiría el destino político del país, que fue lo que se buscó al hacer ver a Chávez como violador de Derechos Humanos ante la opinión pública internacional y con respaldo de los medios de comunicación, pieza indispensable en el Golpe de Estado.
Laborde, como analista, insiste en que lo que ocurre hoy en Venezuela es espejo de lo ya vivido. “Hay una posición radical de los miembros de la OEA y lo vemos cuando presionan la activación de la Carta Democrática con la excusa de una crisis humanitaria, caristia, y los precios del petróleo, hay intervencionismo de países y eso violenta la política de la soberanía”, indicó.
A juicio del especialista, EEUU tiene al igual que en 2002, incidencia en el proceso que atraviesa el país y esto responde al nuevo orden de la geopolítica mundial y la entrada al juego por Donald Trump, recién electo presidente de la nación norteamericana.
“Hay una consideración política, geopolítica, geoestratégica por parte de la política exterior de EEUU y se acompaña de las tendencias políticas subregionales, de los procesos de integración político-económicos. El proceso Unasur, Mercosur, se está fracturando, no solo por los cambios económicos, sino por los cambios de liderazgo en países como Brasil, Argentina y ahora en Paraguay, esto influye en el radicalismo”, declara Laborde.
El intervencionismo de Almagro
Tras 15 años era de esperar que ya Gaviria no esté en la secretaría general de la OEA, ahora el puesto lo ocupa Luis Almagro, el representante que se atribuye el papel de intervenir en los asuntos domésticos de Venezuela, con una postura radical y condenatoria, pero ¿Quién es este personaje de la política internacional?.
La web Misión Verdad señala en una publicación del pasado 7 de marzo del año en curso, que Almagro tiene como asesor a Roger Noriega, ex subsecretario de Estado para Latinoamérica de la era de George Bush- el que presidía EEUU cuando el golpe de Estado a Chávez en 2002- y quien lo presentó en el Instituto Americano de la Empresa (AEI) para que hablara de intervenir en Venezuela.
Este personaje, junto a Otto Reich, ex embajador de EEUU en Venezuela, y el miembro del Consejo de Seguridad de Bush, Elliot Abrahams, destacan por haber sido los arquitectos del golpe de 2002. Ello, sin contar su participación en el equipo de halcones del Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono, que dirigió la guerra sucia en América Latina.
La planificación del golpe y EEUU
Esto establece un vínculo entre un actor del golpe de 2002 con el intervencionista que ha clamado por la salida inconstitucional del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Además, permite apreciar que los hechos de aquel 11 de abril de 2002, tuvieron una planificación cautelosa.
De ello da cuenta Iris Varela, actual Ministra de Asuntos Penitenciarios y que para 2002 fungía como diputada de la Asamblea Nacional venezolana. “Ya en 2001 se oía algo a lo interno, en la AN se buscaba un pronunciamiento contra las leyes habilitantes del presidente Chávez y además una moción de censura contra Dina Bastidas, la vicepresidenta de la República. Habían traidores manejados por el imperio”, aseveró.
“Nosotros nos oponíamos a eso, la fracción, yo me opuse a eso y me valió que los que dirigían la orquesta traidora de Quinta República en ese momento, entre ellos, Luis Miquilena, no vieran con buenos ojos la resistencia a lo que ellos proponían y fuimos señalados y acusados al frente del Comandante y cuando el presidente me cita para aclarar la situación yo tuve la oportunidad de decirle que ellos conspiraban contra él (…) Chávez solo analizaba”, relató Varela.
Ante eso, la diputada comenzó junto a su compatriota Luis Tascón una gira nacional, porque manejaban un documento de los 20 pasos para un perfecto golpe de Estado. “Ahí estaba el manual completico de todo lo que aplicaron en Chile para tumbar a Salvador Allende y cómo intervino la CIA, y eso era lo que ya veíamos señales en Venezuela”, sostuvo.
Pronunciamientos de la “sociedad civil”, de la cúpula eclesiástica y de los congregados de Fedecámaras, eran el juego previo a los hechos del 11 de abril 2002, donde una marcha convocada por empresarios de la derecha fue desviada de su rumbo para ponerla en enfrentamiento con una vigilia bolivariana en el centro de Caracas, que ya cumplía para ese entonces su cuarto día.
Francotiradores apostados en azoteas de edificios en el centro, y Policías Metropolitanos (PM) inmersos en el complot, dispararon contra el pueblo ocasionando al menos 11 muertos, todo esto fue transmitido por los medios de comunicación que solo mostraron una parte de la historia, dando a entender que los muertos fueron víctimas de los bolivarianos que se defendían de las balas de los PM.
El papel de los medios de comunicación fue claro ese día, argumentar a través de sus imágenes que se violaban los derechos humanos por parte del Gobierno de Hugo Chávez y justificar de este modo su posterior salida del poder.
“Yo recuerdo que cuando empieza a hablar Chávez en la tarde de ese día en cadena nacional, yo hablo con el diputado Ameliach y le digo ¡uy! qué bueno que el presidente está hablando. Estábamos viendo eso en un tv portátil y de repente interrumpen la cadena y vemos que transmiten en la mitad de la pantalla imágenes de las muertes en la marcha. Ellos (los medios) estaban involucrados en el golpe, para ellos no había violencia de la oposición”, dijo Varela.
Medios de comunicación y matrices
Para Laborde, los medios juegan un papel fundamental en las rupturas del orden constitucional. “Esto forma parte del desconocimiento de los temas. Hay muchos especialistas que logran ubicar al fenómeno en su perfecta dimensión… Conozco los procesos de aquel 2002, y todo es de acuerdo a la medida y contextos y coyuntura de la que hablamos actualmente. En estos momentos, la OEA está en manos o tienen una gran influencia de estos personajes de la derecha (que actuaron en el Golpe de Estado) y esto rompe y fractura el contrapeso que pudiera haber en Venezuela”, precisó el analista.
Este abril, se encuentra marcado por medios de comunicación que reflejan en sus matrices de opinión una presunta ruptura de las garantías constitucionales en la nación, aspecto que refuerza Almagro en las sesiones de la OEA con la posibilidad de invocar la Carta Democrática para el país.
Tanta fue la manipulación, que la ministra Varela señaló que el 11 de abril de 2002 se difundió en la prensa que el presidente Chávez había renunciado a su cargo y además circuló por parte de diario El Nacional, una edición extra titulada “La Batalla Final Será en Miraflores”, lo que da fuerza a la hipótesis de que todo lo ocurrido era planificado por la derecha criolla, con el apoyo de EEUU.
Un día más tarde, el 12 de abril de 2002, los medios silenciaban lo que pasaba. El presidente Chávez fue sacado del palacio y llevado a La Orchila por miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contrarrevolucionarios. Esta acción ocasionó que los “cerros bajaran” al centro de la capital de Venezuela y otros estados, a reclamar el respeto a la democracia y el retorno de su líder “con vida”.
Horas más tarde se convoca una rueda de prensa del Fiscal de la República, Isaías Rodríguez, quien declaró los hechos como un Golpe de Estado, y tiempo después sale en cadena nacional el que se autoproclamó presidente y que constituyó la cara del proceso contra Chávez, Pedro Carmona Estanga.
“Cuando él hace lectura del decreto, nosotros no las calamos completica, en un televisor en la Asamblea Nacional. Nos estaban destituyendo, acabando con todos los poderes. Yo recuerdo que salí a pelear con un guardia, le dije que ellos habían jurado defender la patria y la constitucionalidad, ellos ni me miraban (…) como yo era un objetivo, me estaban buscando yo decidí irme y Pedro Carreño me montó en un vehículo para llevarme a un lugar y esconderme, recuerdo que escuché la radio y empecé a entender el odio del venezolano; ponían en la emisora a niños, incluso, que celebraban que le quitaran el nombre de ‘bolivariana’ a la República”, relató Varela de los hechos.
Pero como dice la historia revolucionaria, todo 11 tiene su 13. Llegado el 13 de abril de 2002, la presión del pueblo revolucionario y el conocimiento a través de un documento de que el presidente Chávez no había renunciado, hicieron que un gran número de persona se apostara a las afueras de Fuerte Tiuna y manifestaran su disposición a no retirarse hasta tanto el presidente no apareciera con vida.
Según Varela, solo quien vivió el retorno del Comandante no puede desconocer la valentía del pueblo venezolano. “Chávez trascendió por ese amor del pueblo, por esa unión tan indisoluble: el pueblo que amó al Comandante y el Comandante que amó al pueblo. Ese amor es lo que nos hace seguir saliendo victoriosos en estas circunstancias.Todo fue una gran lección de vida, de amor, nobleza, ver a ese pueblo tan resteado, pero siempre debemos jugárnosla con el pueblo como lo hizo Chávez”, precisó.
Fue así como se conoció el retorno de quien se quedó para siempre y resultó ser un hombre invencible. Chávez volvió triunfante y emprendió a partir de entonces una lucha para revelar ante el mundo entero cómo EEUU configuró un plan para acabar con la Revolución Bolivariana.
Se crearon diferentes organismos regionales para hacer frente a ello, pero hoy en día la amenaza sigue latente. La OEA de manos de Almagro sostiene encuentros con las caras que impulsaron el golpe de 2002 contra el presidente; el expresidente de EEUU, Barack Obama, firmó un decreto que declara a Venezuela una amenaza inusual a su seguridad, y luego se establecieron sanciones contra el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, por parte del Departamento del Tesoro de los EEUU.
Las medidas ponen al país en una situación difícil, de abierta y frontal voluntad de intervención e injerencia del imperio. Esto solo significa que tras 15 años del golpe a la revolución bolivariana, la OEA y EEUU mantienen la misma postura.