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Zulia avanzó primero en la final del Torneo Clausura

Transiciones rápidas, manejo del partido, orden defensivo y ejecuciones correctas de las jugadas son las virtudes que a lo largo del semestre, con trabajo y sacrificio, adaptó el Zulia FC, equipo que ganó 2-0 ante un Deportivo Táchira que deberá replantear muchas cosas para darle la vuelta al marcador global ante su público en el Estadio Pueblo Nuevo de San Cristobal.

Hace unos meses, Jorge Valdano, exjugador del Real Madrid, señalaba en una entrevista que el fútbol pasó de convertirse en un juego de pausa, “olé, olé” e inteligencia, en uno en el cual la garra y los “huevos” prevalecen.

Esta idea la resalto porque no es axiomático. El mismo Valdano así lo cree. Y el cuadro petrolero es un claro ejemplo en Venezuela de que en el fútbol no todo es garra, sino que se puede combinar con jugar bien a través de ideas sencillas, partiendo además de la inteligencia de administrar resultados y el trabajo sistemático en el esquema, en el cual todos los jugadores entiende cuál es la función y objetivo que deben cumplir en cancha, así como cuando las hormigas se organizan por un fin común.

Fue así como Zulia logró superar al Carabobo FC y Caracas FC, y este domingo hizo lo mismo en el partido de ida de la final ante el conjunto aurinegro. Por otro lado, demostró nuevamente su poderío en el Pachencho Romero de Maracaibo, en donde solo cayó una vez en el Clausura y ganó los tres encuentros que disputó en el octogonal final, sin recibir anotación.

Tras estas ideas, realizó un análisis de las acciones del compromiso de ida del Torneo Clausura, con dos equipos que tuvieron oportunidades; pero, en las cuales predominó el que tuvo mejor funcionamiento colectivo.

Intensidad, Contreras monumental y errores claves

Negriazules y aurinegros desplegaron en los primeros compases un juego con bastante intensidad y volumen en la media cancha, zona que por los momentos se tornó trabada.

Carlos Maldonado pedía concentración, pero fue precisamente eso lo que le pasó factura a Táchira tras dos errores mentales claves: primero, una mala definición del juvenil de 16 años Samuel Sosa, al minuto 22, producto de un buen achique del portero local; segundo,una falla en la zaga del Pablo Camacho, quien a pesar de ser el único que cubrió a Sergio Unrein en la acción del gol al 26′, no estuvo coordinado con la linea defensiva que parecía jugar al fuera de juego. Luego el lateral no pudo despejar y el atacante argentino no desaprovechó la ocasión.

Esas acciones pudieron haber cambiado el destino del encuentro. Si bien, por momentos, el aurinegro también hacía tambalear con pases entre líneas a la defensa petrolera, y se acercaba más al arco defendido por Edixon González, a través del joven Sosa y Edgar Pérez Greco -los mejores del Táchira-, fue Zulia que por medio de las transiciones rápidas, uno de sus mejores recursos, aprovechó para marcar la diferencia.

Estos fueron los elementos que le permitió al equipo marabino tomar ventaja, la cual se pudo incrementar con un nuevo error de Pablo Camacho en defensa: el jugador golpeó el balón con la mano, razón suficiente para que el árbitro Luis Hoyos decretara el penal al favor del Zulia. Sin embargo, un espectacular José Contreras, quien ya había participado en acciones creadas por Jefferson Savarino y Luis González, detuvo el penal con su pie izquierdo, permitiéndole un respiro al cuadro visitante. Sin duda este fue un envión anímico momentáneo. El violento disparo desde los 12 pasos de Luciano Guaycochea le provocó una lesión al portero, que tuvo que ser sustituido por Alan Liebeskind.

Pero los errores del rival no fueron la virtud de los “petroleros”, quienes aplicaron la misma dosis que en sus llaves pasadas. Cuando el contragolpe era frenado por el despliegue tachirense, la estrategia no era bascular sin efectividad sino generar con la finalidad de concluir la jugada. Savarino, González, Junior Moreno, Unrein y Guaycochea se encargaron de esa labor que consistió en finalizar el ataque con toques rápidos. Así se originó el segundo tanto.

El juego de ajedrez terminó en “jaque mate”

Sin dudar mucho, para el comienzo del complemento, César “Champion” Marcano dio entrada a Henri Palomino para sacar a Daniel Rivillo. La lectura era contrarrestar a Samuel Sosa, que hizo pasar las mayores dificultades en el campo zuliano. A pesar de eso, Táchira salió con otra actitud y adelantó líneas, pero la gestación del juego aurinegro no concluyó con mayor transcendencia.

Solo a través de un tiro de esquina, los dirigidos por Carlos Maldonado tuvieron la oportunidad más clara para igualar el marcador.El balón cayó en los pies de Francisco Flores, pero el mediocampista convertido en central para el duelo no remató hacia la portería que estaba descuidada por el guardameta.

Prácticamente Táchira se adueñó de la posesión en los primeros 20 minutos del segundo tiempo, pero no concretó. Sosa dejó de causar peligro tras cambiarse de banda con Jorge Rojas y esto diluyó el juego ofensivo aurinegro. Le faltó cambio de ritmo y velocidad al  equipo. Al “Zurdo” le escaseó el pase final y Juan Azócar se veía desconcentrado. Por su parte, Pérez Greco trataba de luchar la pelota ante una zaga fina.

Maldonado, con la intención de mejorar a su equipo en ofensiva le dio entrada a Giancarlos Maldonado y Sergio Herrera, pero la medicina fue peor que la enfermedad. En esa búsqueda de profundidad, Táchira dejó espacios y Carlos Cermeño, quien se convirtió en una bomba de oxígeno para recuperar la pelota, quedaba solo por el poco retroceso cuando el aurinegro se volcaba al ataque en bloque.

Y fue así como los marabinos, manejando los tiempos del partido y aprovechando la falla en el retroceso del “Carrusel”, vacunó a falta de seis minutos del final, con una serie de pases que finalizó con un centro de Sandro Notaroberto y que conectó “Patoncito” González.

Si Zulia le realiza un partido como el que Táchira no pudo contener, es probable que la final absoluta sea entre “Petroleros” y el Zamora FC. Por ahora, quedan 90 minutos para que los andinos, que han vivido un semestre irregular por todas las lesiones, pueda cambiar la forma de juego y terminar con una remontada antológica. A su favor tienen la localía y el apoyo de quienes se volcarán a Pueblo Nuevo este miércoles 30 de noviembre.

En el caso de que no pase, el doblete marabino no será un sueño, sino una realidad.

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