Ciencia y Tecnología
Flor nacional será reproducida para su preservación
El color púrpura, la exuberancia y peculiar belleza de su forma han inspirado a muchos. La especie de orquídea, Cattleya mossiae – declarada flor nacional de Venezuela- tendrá un nuevo espacio para su resguardo.
Reproducir in vitro a esta flor criolla es la nueva labor que ocupa a la Unidad de Germoplasmas de Especies en Peligro de Extinción y Especies Autóctonas del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic). La línea de investigación fue desarrollada por iniciativa de Fundación Ecológica y Divesidad Biológica, a través de su fundadora Lina Girado, y apoyada por el instituto con la intención de producir en viveros a la especie catalogada en peligro de extinción, según la clasificación del Libro Rojo de la Fauna Venezolana.
“En la unidad tiene cabida este proyecto para el rescate de la flor nacional. Nuestra orquídea ha sido usada para crear la mayoría de los híbridos que se encuentran en los catálogos internacionales de estas flores y por esta razón también se ha visto afectada su supervivencia”, destacó el investigador del Ivic y jefe de la Unidad de Germoplasmas de Especies en Peligro de Extinción y Especies Autóctonas, Saúl Flores.
La Cattleya mossiae tiene una amplia distribución en la cordillera de la Costa y de los Andes. Su primera amenaza, según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, se relaciona con la explotación como planta ornamental.
Las condiciones climáticas en los viveros del Ivic son ideales para el crecimiento y reproducción de esta especie de orquídea, conocida también como Flor de Mayo. “La idea es que en un futuro podamos producirlas para el sector público y privado, tal como lo venimos haciendo con otras especies de plantas de forma orgánica”, afirmó Flores.
La Unidad de Germoplasma de Especies en Peligro de Extinción y Especies Autóctonas del instituto se ha dado a la tarea de cultivar especies nativas, con la finalidad de garantizar su supervivencia y sustituir a las especies foráneas.
Jobo, Pilón, Cedro, Samán, Mijao, Araguaney, Apamates, Caoba Majagua y Tapa Amarilla son algunas de las plantas reproducidas en el vivero para ser introducidas en espacios que lo requieran.
A través de estudios diagnósticos realizados en diversas comunidades caraqueñas, Lina Girado y se equipo, ha evidenciado la disminución de la flor nacional en los paisajes de la urbe.
“Queremos rescatarla para que la orquídea cumpla su valor cultural. En el país este es el primer trabajo con enfoque social que pretende conservar la flor nacional para las futuras generaciones. Por eso, construir el banco de germoplasma es la máxima felicidad”, aseguró Girado.
El proyecto liderado por Girado está registrado en el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (2014) gracias a la propuesta de creación de un orquideario con fines terapéuticos y que también permita la producción, traslado, seguimiento e investigación con esta especie.
“Nuestra intención es derribar todos los mitos que hay con respecto a la orquídea y que insisten en que esta flor es muy frágil o que solo crece con especialistas. Todos con los cuidados básicos podemos hacerlas florecer”, comentó Giraldo.
Como parte de las actividades realizadas para sensibilizar sobre la preservación de la orquídea, se instaló una pequeña muestra artística de 21 piezas de artistas venezolanos para representar la belleza de la flor nacional. La exhibición fue montada en las instalaciones del Centro de Ecología del instituto durante tres días.
Flor de flores
La Cattleya mossiae es catalogada como una hierba epífita que crece sobre otras plantas. Florece entre abril y mayo para ofrecer una flor de 20 a 35 centímetros de largo con una sola hoja y con pétalos de color púrpura, lila y rosa.
Su nombre lo debe a William Cattley, británico que cultivó la planta por primera vez en Inglaterra, a través de una especie de Brasil. En 1839 fue hallada por primera vez en Venezuela.
Para su crecimiento requiere de luz fuerte indirecta, buena circulación de aire y temperaturas frescas.