¡Va fuera del aire!

Lo que no pudo conseguir con la carmonada, la derecha cree poder lograrlo con la reforma de la Ley de Telecomunicaciones: sacar del aire a los medios alternativos y comunitarios. La salida, para guardar las formas, no sería abrupta. Se les confinaría a guetos (o ghettos) con una cobertura limitada (art. 199 de la reforma) y con la prohibición expresa de hacer proselitismo (censura previa).

Si los comunitarios no reaccionan –sí, Luis–, el cerco espacial y económico hará el resto.