Opinión

90 veces Fidel

Fidel, el otro nombre del pueblo cubano, del latinoamericano, de la inagotable humanidad en vías de liberarse

Fidel, el hijo de hacendado que comprende que no se puede ser rico mientras haya pobres.
Fidel, el alumno de colegios de curas convertido a la única religión, que es la del hombre.
Fidel el inscrito en universidad para señoritos que se gradúa en la carrera del pueblo.
Fidel, el delegado estudiantil que toma las armas en el Bogotazo alegando que morir por la humanidad es también morir por la patria.
Fidel, el abogado que para agotar las vías legales demanda al Tribunal Supremo de Cuba la deposición de la dictadura de Batista.
Fidel, el hombre de acción que asalta el cuartel Moncada porque el primer derecho es la resistencia contra la injusticia.
Fidel, el jurista que dirige su defensa a la Historia que lo absolverá.
Fidel, el desterrado que se exilia solo para regresar.

Fidel, el indoblegable que cuando su fuerza queda reducida a doce guerrilleros proclama que los días de la dictadura están contados.
Fidel, el incorruptible que al tomar el poder cierra los casinos y somete a ejemplar sanción a los sicarios.
Fidel, el antimperialista que con un pueblo casi inerme derrota a los invasores paramilitares armados, entrenados y financiados por la primera potencia militar de la tierra.

Fidel, el revolucionario que tras vencer la invasión se declara socialista y marxista y expropia a la oligarquía nacional y extranjera.
Fidel, el estadista que en medio del más atroz bloqueo garantiza a todo su pueblo la educación, la salud, el empleo, la soberanía.
Fidel, el estratega que cuando el Presidente de Estados Unidos acerca el dedo al botón nuclear que aniquilará el planeta, lo obliga a prometer que respetará la autodeterminación de Cuba.

Fidel, el integracionista que desafía la expulsión del Ministerio de Colonias de la OEA y espera confiado la hora del Alba, de Unasur, de la Celac.
Fidel, el indestructible que renace tras cada una de las mil tentativas de asesinato que le asesta el imperio.
Fidel, el capitán de tormentas que salva el socialismo cuando deja de tenderse la mano camarada de la Unión Soviética.
Fidel, el solidario que recibe con honores de jefe de Estado a un teniente coronel recién liberado de prisión llamado Hugo Chávez Frías.
Fidel, que renuncia al poder porque no quiere que cuando se apague su propia vida se extinga el poder revolucionario.
Fidel, el pensador, que cavila sobre la destrucción ecológica, sobre el cambio climático, sobre la Guerra del Hambre declarada por los monopolios que acaparan la producción de alimentos.

Fidel, el otro nombre del pueblo cubano, del latinoamericano, de la inagotable humanidad en vías de liberarse.

/N.A

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