Descubre qué enfermedades puede generar el estrés
Como todos sabemos, el estrés es una reacción natural del organismo pero puede ser un arma de doble filo, pues, según algunas investigaciones recientes, el estrés mal manejado puede generar problemas mentales y físicos que van desde el acné hasta el cáncer.
Es estrés es crónico y se produce por diversas razones como un trabajo exigente, problemas financieros, la muerte de un ser querido o cosas cotidianas como transitar en un tráfico denso.
“El estrés negativo produce tensión en los músculos y eleva la presión arterial ocasionando daños en el revestimiento interno de los vasos sanguíneos”, señaló Paul Spector, profesor de psicología de la Universidad del Sur de la Florida, en Estados Unidos.
Hoy los expertos saben más sobre los efectos negativos del estrés y su relación con el aumento de riesgo de enfermedades complejas. Estos son algunos de ellos.
1. Sistema inmune
Desde luego, el sistema inmunológico es uno de los más afectados por el estrés excesivo. El mismo se divide en dos ramas: una que funciona en el día y se enfoca en defender al organismo de infecciones potenciales como los gérmenes que se adquieren en el medio ambiente, y la segunda opera en las noches y libera células asesinas naturales que combaten invasores encubiertos, como por ejemplo las células cancerígenas. “El estrés crónico puede llevar a sufrir deficiencia del sistema inmune nocturno, crucial para protegerse del cáncer”, afirma Angela Clow, profesora de psicofisiología en la Universidad de Westminster, Reino Unido.
2. Cáncer
Una investigación reciente hecha por científicos australianos reveló que los altos niveles de estrés pueden aumentar hasta seis veces la velocidad de expansión de las células cancerígenas por el cuerpo. Pero no solo puede incrementar las posibilidades de que una persona desarrolle algún tumor, sino que disminuye el éxito del tratamiento. Un estudio publicado en la revista Integrated Cancer Therapy encontró que el exceso de cortisol era el biomarcador más común en pacientes con cáncer de seno que tenían menos tasa de supervivencia. “No se puede señalar que el estrés causa cáncer, pero sí puede disminuir la recuperación e incrementar la progresión de la enfermedad”, afirma Clow.
3. Cerebro
El estrés crónico también puede ser un factor de riesgo. Científicos del Centro de Investigación de Alzhéimer en el Reino Unido han realizado estudios en los que han encontrado pacientes de ese mal con mayores niveles de cortisol en la sangre. Esto puede causar con el tiempo un daño en el hipocampo, el área del cerebro relacionada con la memoria que es una de las primeras afectadas por esta enfermedad.
4. Corazón
El estrés produce placas ateroescleróticas, que obstruyen las arterias y aumentan el riesgo de ataque cardiaco. De hecho, un grupo de investigadores en Alemania encontró recientemente que las personas expuestas al ruido del tráfico en la ciudad están en mayor riesgo de sufrir ataque cardiaco debido a los altos niveles de estrés que esto les produce.
5. Sobrepeso
Uno de los síntomas más comunes del estrés es sentir mucho apetito por comidas ricas en grasa o azúcar. Los altos niveles de cortisol afectan la transmisión de dopamina, neurotransmisor relacionado con el sistema de recompensa en el cerebro. “Esto hace que seamos más vulnerables a buscar recompensas comiendo en exceso y a que suframos de muchos antojos”, dice Valeria Mondelli, conferencista de medicina psicológica en el King’s College de Londres.
6. Sistema digestivo
El sistema nervioso controla directamente la digestión. Por eso cuando alguien padece de estrés crónico puede sufrir problemas digestivos debido a que el flujo de sangre en dicha zona disminuye, lo cual afecta las contracciones de los órganos en esa zona y disminuye las secreciones necesarias para digerir bien los alimentos. El estrés también puede ocasionar inflamación en los intestinos y hacer más susceptibles a las personas de padecer infecciones. “El afectado puede sufrir espasmos en el esófago, sentir acidez estomacal y náuseas. Además, la reacción del colon ante esto puede manifestarse con estreñimiento o diarrea”, afirma Kenneth Koch, profesor de medicina y gastroenterología en el Centro Médico de Digestión en la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
7. Grasas en la sangre
El cortisol también inhibe la descomposición y el metabolismo de la grasa, y provoca sobrepeso u obesidad. “La forma en que la grasa se distribuye por el cuerpo parece estar relacionada con la manera en que cada persona responde al estrés”, afirma Leigh Gibson, conferencista sobre psicología y fisiología en la Universidad de Roehampton, Inglaterra. Gibson señala que las personas que se adaptan mejor al estrés son menos propensas a tener grasa visceral, la que envuelve los órganos internos como el hígado, el páncreas y los riñones, y se relaciona con el aumento del riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
8. Piel
El estrés también puede causar deterioros en la piel o enfermedades como los eccemas y la psoriasis. Las espinillas o la caída de la piel son un síntoma frecuente. “El cerebro está conectado por medio de los nervios a la piel, así que cuando hay estrés se secretan químicos en esta zona que pueden ser provocar inflamaciones y brotes”, afirma Anthony Bewley, dermatólogo del Barts Hospital Trust, en Londres.
Cómo combatirlo
1.- Desconéctate: haz al menos 10 minutos de meditación al día o simplemente acuestate y respira profundo, pues esto puede ayudar a reducir los niveles del estrés crónico.
2.- Mueve el esqueleto: el ejercicio disminuye los efectos inmediatos del estrés, pues ayuda a disipar estas hormonas y también a reducirlas con el tiempo. Es recomendable hacer 20 o 30 minutos de actividad física como caminar, nadar, montar en bicicleta, bailar o trotar durante cinco días a la semana.
3.- Haz estiramientos: la gente que hace yoga ha demostrado tener altos niveles de gaba en el cerebro, un químico esencial para calmarse. Pero cualquier tipo de ejercicio donde se estiren los músculos y los huesos sirve para sentir tranquilidad.
Toma magnesio. Consumir frijoles, avena y banana sirve para obtener este mineral. Se recomienda una dosis de 400 miligramos al día para ayudar a relajar el cuerpo e incluso a calmar los síntomas de depresión.