Cadena de oración pasada por agua
“Esta lluvia no es de Dios” –Tuiteó abatido Juan Carlos antes de irse a dormir
Tal como lo habían anunciado, desde hace una semana, los think tanks del sector pensante del país, llegó la noche del pacto satánico. Guerra avisada. En el este del Este todos estaban en guardia. Soldados del bien, de la mano de la Virgen Dorada de Altamira, prestos a derrotar a Satán y a sus rojos sirvientes.
Llovía. Antes de la caída de la noche, nubarrones oscuros anunciaba el tiempo de la oscuridad. Rosario en el pescuezo, agua bendita, velas blancas y Twitter: las armas de los soldados de la luz. El comandante Patilla alertó: Ya viene la hora cubana, que es lo mismo que la hora del Diablo, eso lo sabe hasta un niño de tres años. Seis y media de la tarde, la hora señalada por los sabios para romper el maleficio antes de que éste se consumara, con toda la maldad del mundo, con santeros cubanos disfrazados de médicos que harían sacrificios humanos dentro de los CDI. El antídoto a la maldad, una cadena de oración virtual con una poderosa etiqueta #UnidosEnOraciónPorVenezuela.
¡Partida! La sociedad civil en cadena de oración. Libertarios rezos de 140 caracteres ilustrados con estampitas en formato jpg: Una conmovedora imagen de un Jesucristo, de rubios bucles y ojazos azules, que posa su blanca mano sobre la cabeza de una muchacha envuelta en una bandera siete estrellas y tendida a sus pies. “Volverás a ser libre” –le anuncia el hijo de Dios. Otra de La Virgen de Coromoto llorando lágrimas tricolor. Y otra de El Espíritu Santo, paloma blanca, volando sobre un reloj, amarillo, azul y rojo, que marca las doce, “La Hora de Dios, según pude leer en letras recargadas con destellitos de escarcha.
“No más brujería, ni actos satánicos del chavismo y Cuba” –tuiteaba José en su plegaria. “Cambia la hora cuando quieras y donde quieras, menos cuando Maduro quiera y di: en nombre de Dios” –escribió José Gregorio, que parece saber mucho de estas cosas. ”Amén, amén, amén” –le respondieron frenéticos encadenados.
Otros, menos rezadores, tuitean con inteligente rebeldía: “¿Por qué tengo que cambiar el huso horario a las 3:00 am. Esa es la peor hora de todas.”? –Preguntaba bravísima Andreína. “Que los brujos y las focas lo hagan a la hora que él se lo ordenó yo lo realizaré el cambio del #HusoHorario cuando me dé la gana” –agregaba La Guara, especialista en finanzas y derecho laboral. “Yo cambio el reloj cuando a mí me de la gana de hacerlo” –escribió Guillermo, en cuya bio se describe como “Licenciado en Administración Financiera, profesor universitario, amante del jazz y de los ambientes tranquilos”.
“Yo ajustaré el nuevo huso horario a la hora que me d la gana, no a la que quiera este Gob. de Malandros!! BRUJERÍA A MILLÓN!!!” –tuiteaba desafiante alguien que no podía llamarse sino 100%OPOSITORA. “Hnos. venezolanos no le hagan caso al Gob. cambien sus relojes a las 12.00 AM por que a las 3 son cosas de brujerias” –coordinaba Richard, coordinador de Voluntad Popular en Guayana. Y no podía faltar la su Alteza Real, la Primera Dama Parlamentaria, “poniendo su granito de arena” con desafiante elegancia: “Cuenta conmigo VENEZUELA. #30Abril 9:00pm acabo de cambiar mi huso horario. Maduro NO lo hará por mí”. (sic. todito).
Poco antes de las 12 de la medianoche un tuit terrible sacudió a la cadena de oración: El mismísimo, el malvadídimo castro-chavista-palero-madurista Luís Motta Dominguez, Ministro de Energía Eléctrica, anunció festivo: “Hay lluvia y relámpagos en cielo sobre el Guri…”-El muy desgraciado –Dijo Marujita-. Y aunque el ministro aprovechó el mismo tuit para dar gracias a Dios Todopoderoso -Desgraciado y cínico –subrayó Gladys.-, los rezanderos del este del Este sintieron que esa noche el Diablo había ganado y que, probablemente, sus rezos no alcanzarían para que se produjera el santo apagón que llevaría a su amada Venezuela, por fin, a ver la luz.
“Esta lluvia no es de Dios” –Tuiteó abatido Juan Carlos antes de irse a dormir.