Opinión

Un plus para el liceo

¿Cómo lograr que todas y todos los que empiezan el primer grado completen su educación básica obligatoria 11 o 12 años después graduándose de bachilleres o de técnicos medios?

¿Cómo lograr que todas y todos los que empiezan el primer grado completen su educación básica obligatoria 11 o 12 años después graduándose de bachilleres o de técnicos medios? Desde 1999 hemos avanzado en ese sentido, pero todavía nos falta. Ese año, 48% de los jóvenes de las edades correspondientes se encontraba cursando la educación media, mientras que para 2014 era ya 76%. Un progreso notable, que debe no solo mantenerse, sino también incrementarse. Los retrocesos son posibles: recientemente, se alertó acerca del cierre de secciones en diversos liceos por falta de alumnado y, de hecho, según estadísticas oficiales, la deserción ha aumentado. Al parecer, las dificultades económicas que vivimos inciden en esa situación. En todo caso, hacen falta políticas que favorezcan la permanencia de los adolescentes en las aulas. No hay una sola respuesta, son diversas las iniciativas que pueden contribuir a lograrlo y es este enfoque multifactorial el más seguro hacia el éxito.

Todo lo que refuerce el “vivir bien” de las familias contribuye a mantener a los jóvenes en los salones de clase. Resaltamos que, a pesar de las limitaciones en el presupuesto nacional, han continuado los programas de vivienda como la Gran Misión Vivienda Venezuela y Barrio Nuevo, Barrio Tricolor. La salud es igualmente clave, por lo que el relanzamiento de Barrio Adentro hay que aplaudirlo; aunque habría sido mejor no tener que relanzarlo, manteniéndolo siempre en los mejores términos. Las políticas se entretejen: hasta las pensiones que disfrutan ahora muchos abuelos o los microcréditos disponibles para las madres pueden asimismo ayudar a que los adolescentes de la casa sigan estudiando.

Por eso, los 15 motores hacia la Venezuela productiva anunciados por el gobierno pueden mover también la escolaridad si logran el financiamiento y las condiciones cambiarias que necesitan para su funcionamiento.

Pero lo que sucede dentro del plantel importa, y mucho, para evitar la deserción. Es así que nuestras instituciones de nivel medio necesitan transformarse para dar lugar a nuevas maneras de estar y de estudiar en ellas. Para empezar requieren siquiera de “algo más”, un plus, que permita retener a su estudiantado. Seguiremos.

lacuevat@hotmail.com

/N.A

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