Zona norte de Islas Galápagos serán declaradas santuario marino
El acto tendrá lugar en el Palacio de Carondelet, sede del Gobierno, y según el Ministerio de Ambiente, la ley permitirá proteger un 33 por ciento de la superficie total de la reserva bajo un esquema de Conservación de los Ecosistemas que la califica de zona de no extracción
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, firmará este lunes un Decreto Ejecutivo para declarar santuario marino la zona norte de las islas Galápagos, uno de los destinos de turismo de naturaleza más famosos del mundo.
El acto tendrá lugar en el Palacio de Carondelet, sede del Gobierno, y según el Ministerio de Ambiente, la ley permitirá proteger un 33 por ciento de la superficie total de la reserva bajo un esquema de Conservación de los Ecosistemas que la califica de zona de no extracción.
De acuerdo con esa cartera del Estado, el decreto permitirá la ejecución de esta importante herramienta para la aplicación del Plan de Manejo de las Áreas Protegidas de Galápagos, la cual contribuye a la conservación de los ecosistemas insulares y marinos en beneficio del buen vivir de la comunidad.
Galápagos es un conjunto de 19 islas declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1978 por la Unesco y en la actualidad figura entre las mayores atracciones turísticas del país suramericano.
La biodiversidad de las islas inspiró a Charles Darwin durante los estudios que le llevaron a plantear su teoría de la evolución por selección natural.
Un equipo de National Geographic exploró en diciembre pasado el mar de ese famoso archipiélago ecuatoriano para mostrar al mundo la riqueza marina mediante un documental que contendrá vistas a las que solo la tecnología avanzada puede acceder.
En Galápagos existe la mayor biomasa de tiburones del planeta, máximos depredadores de la cadena alimenticia, y puntualmente el mayor número está concentrado en las islas Darwin y Wolf, sitiales favoritos de tiburones martillo y tiburones ballenas.
La última especie referida aparece citada por las autoridades como uno de los principales atractivos turísticos, pues a muchos buzos les gusta nadar junto a los inmensos depredadores, pacíficos en contraste con otros especímenes de menor tamaño pero salvajes de carácter como los tiburones martillos.
En numerosas ocasiones, Correa ha defendido la lógica de que un tiburón capturado vale 200 dólares, mientras uno vivo vale millones porque atrae al turismo.
/N.A