8 de enero de 1959 Fidel Castro entra victorioso en La Habana (+Fotos)
Ya en la madrugada del 1° de enero de 1959, Castro había arribado a Santiago de Cuba al frente de sus tropas revolucionarias. Simultáneamente, ingresaron a La Habana las tropas del Segundo Frente Nacional del Escambray, y tales acciones significaron el inicio de la emblemática Revolución Cubana
Tal día como hoy, hace 56 años, el Comandante Fidel Castro Ruz entró en La Habana, consolidando el triunfo militar de la Revolución Cubana tras derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, movimiento en el que se destacó el Ejército Rebelde del Movimiento 26 de Julio.
Ya en la madrugada del 1° de enero de 1959, Castro había arribado a Santiago de Cuba al frente de sus tropas revolucionarias. Simultáneamente, ingresaron a La Habana las tropas del Segundo Frente Nacional del Escambray, y tales acciones significaron el inicio de la emblemática Revolución Cubana.
Desde uno de los balcones del edificio del ayuntamiento de Santiago, Castro anunció entonces el triunfo de los rebeldes sobre las tropas del gobierno tiránico de Fulgencio Batista, quien la misma primera noche de aquel año renunció a la presidencia de Cuba y huyó hacia República Dominicana.
La Revolución Cubana ha sido un proceso revolucionario cuya gestación comenzó a fines del siglo XIX, cuando se produjo el frustrado intento de los mambises por lograr la Independencia de Cuba frente al régimen imperial español, movimiento en el cual tuvo una importante participación el Ejército Libertador.
Tal ejemplo de patriotismo y valentía fue heredado por la joven generación que encabezó en la década de 1950 Fidel Castro al mando del Ejército Rebelde. Aquellos combatientes desplegaron una nueva estrategia de lucha armada contra la dictadura de Batista para alcanzar el triunfo revolucionario, a partir del cual se ha mantenido la capacidad de resistencia del pueblo cubano, la inteligencia y la habilidad de la dirección revolucionaria, y la justa lucha de ese país hermano por su independencia.
El gobierno revolucionario desmanteló el sistema político neocolonial: se disolvieron los cuerpos represivos y se garantizó a los ciudadanos el ejercicio pleno de sus derechos. La administración pública fue saneada y se confiscaron los bienes malversados. Los criminales de guerra batistianos fueron juzgados y sancionados, se barrió a la corrompida dirección del movimiento obrero y quedaron disueltos los partidos políticos que habían servido a la tiranía.
La designación del Comandante Fidel Castro como Primer Ministro imprimió un ritmo acelerado a las medidas de beneficio popular. Se aprobó una rebaja general de alquileres; las playas, antes privadas se pusieron a disposición del pueblo para su disfrute y se intervinieron las compañías que monopolizaban los servicios públicos. La Ley de Reforma Agraria eliminó el latifundio, nacionalizando todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión, y entregó la propiedad de la tierra a decenas de miles de campesinos y arrendatarios.
Desde el triunfo de la Revolución Cubana, los gobiernos de los Estados Unidos de América han intentado repetidamente derrotarla. Innumerables agresiones se han realizado contra Cuba, y las mismas han ido desde atentados a lugares públicos cubanos, como el incendio a la tienda “El Encanto”, hasta intentos contra la vida de personalidades como Fidel y Raúl Castro.
No obstante, el proceso libertario cubano se ha mantenido a través del tiempo, como símbolo de dignidad y resistencia ante las ambiciones del imperialismo capitalista, y como referencia independentista para todos los oprimidos del mundo, especialmente para los pueblos de América Latina, África y Asia.