Opinión

70 años de una gran mentira

Hollywood, la más poderosa máquina de propaganda concebida por el ser humano en toda su historia, ha producido miles de películas en los últimos setenta años en cuya trama se le ofrece al espectador una muy estudiada versión del triunfo de la Segunda Guerra Mundial en la cual Estados Unidos resulta vencedor de aquella gran conflagración

Hollywood, la más poderosa máquina de propaganda concebida por el ser humano en toda su historia, ha producido miles de películas en los últimos setenta años en cuya trama se le ofrece al espectador una muy estudiada versión del triunfo de la Segunda Guerra Mundial en la cual Estados Unidos resulta vencedor de aquella gran conflagración.

Producciones, como La vida es bella, El día más largo, Rescatando al soldado Ryan, Patton, o hasta el mismísimo Capitán América, han hecho alarde de manipulación de la historia a través del tiempo colocando siempre como la imagen del triunfo (y con ello como el fin de la guerra) la entrada del ejército norteamericano en las ciudades liberadas bajo una gran ovación de la gente.

De ahí que resulte lógico que una reciente investigación llevada a cabo en Europa, haya arrojado que la mayoría de los jóvenes del viejo continente, en correspondencia con ese discurso cinematográfico, aseguren que quien acabó con el poderío nazi fue el ejército norteamericano.

Por eso la importancia de los eventos de conmemoración del septuagésimo aniversario de la Victoria Patriótica que se llevan a cabo hoy en Rusia, a los cuales asiste el primer mandatario venezolano Nicolás Maduro. Rescatar la verdad histórica es un compromiso impostergable para los revolucionarios de este tiempo, no solo por la justicia que se hace con los más de veinte millones de combatientes soviéticos que dejaron su vida en aquella contienda para salvar a la humanidad, sino porque es una obligación dejar al descubierto que es bajo esa misma manipulación mediática con la que ha engañado desde siempre para tratar de robarse un triunfo que no le corresponde ni le correspondió jamás, que el imperio norteamericano pretende imponer hoy su perverso modelo de democracia totalitaria.

Si algo debe ser importante para los pueblos que luchan por su verdadera independencia, no solo en Latinoamérica sino en el mundo entero, es la conquista de esa poderosa herramienta del conocimiento que son los medios de comunicación para ponerlos al servicio de la verdad, la justicia y la igualdad social.

Un buen paso es el que da Rusia en la reivindicación de su extraordinaria victoria sobre el fascismo. Algo que nuestros pueblos todavía tienen pendiente.

@soyaranguibel

/N.A

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