7 hábitos saludables que puedes practicar antes de dormir
Aunque se suelen recomendar las duchas de agua fría o templada para cuidar de la piel, lo cierto es que una ducha caliente puede ayudarnos a dormir mejor y conciliar el sueño
Dormir bien es una actividad biológica que todos los seres humanos necesitamos para estar más alerta, tener una mejor productividad y, por supuesto, mantener una buena saludfísica y mental.
Este hábito requiere entre 7 y 8 horas diarias sin interrupciones y, aunque algunos lo ignoran, es clave para que el organismo lleve a cabo ciertas funciones que no puede hacer en otros momentos del día.
De hecho, durante este periodo se renuevan las energías y varios procesos cognitivos, preparando así el cuerpo para las labores de una nueva jornada.
Como consecuencia, se presentan algunas alteraciones en los sistemas principales del cuerpo y, a mediano y largo plazo, pueden originarse enfermedades de mayor cuidado.
La buena noticia es que existen muchos hábitos saludables, cuya práctica no solo induce al buen dormir sino que brinda otros beneficios para la salud.
En esta ocasión queremos compartir los 7 mejores para que no dudes en disfrutarlos antes de ir a la cama.
El consumo de una copa de vino tinto en los momentos previos a ir a dormir es una excelente forma de mejorar la calidad del sueño.
Esta bebida, aunque es alcohólica, tiene propiedades antioxidantes que benefician la salud cognitiva y cardiovascular.
Su ingesta a esta hora del día ayuda a relajar el sistema nervioso y muscular, por lo que induce a la tranquilidad y el descanso.
2. Hacer yoga o estiramientos
Aunque el ejercicio físico no está recomendado antes de irse a la cama, la práctica de yoga y estiramientos puede ser beneficiosa.
Solo necesitamos 10 minutos cada noche, son saludables para la salud articular y sirven como técnica de relajación contra la ansiedad y el estrés.
3. Escuchar sonidos relajantes
Los sonidos relajantes son terapéuticos y nos sirven para ignorar otras molestias circundantes como los ronquidos o los ruidos de la calle.
Estos se pueden encontrar en todo tipo de aplicaciones de música, incluso para cada necesidad.
Puedes usarlos para complementar tus técnicas de meditación, o bien, para relajarte hasta alcanzar el sueño.
Procura utilizar un volumen moderado para que no alteren el ritmo de la actividad cerebral.
4. Consumir una cena ligera
La cena es una de las comidas principales que no deben ser ignoradas, pero tampoco muy abundante.
Aunque es necesario ingerirla para evitar interrupciones de sueño, no debe contener alimentos de difícil digestión o con altos contenidos de grasa.
Una comida demasiado copiosa en horas de la noche suele provocar indigestión, reflujo ácido y otros síntomas que impiden dormir bien.
Por esto, la cena debe contener vegetales frescos, pocos carbohidratos y una mínima fuente de ácidos grasos esenciales.
5. Tomar una ducha caliente
Las duchas de agua caliente, no muy prolongadas, son una buena forma de relajar el cuerpo después de una jornada larga y agotadora.
Sus propiedades terapéuticas alivian los dolores musculares leves, disminuyen el estrés y promueven la segregación de las sustancias que ayudan a dormir mejor.
En más de una oportunidad los expertos en salud han destacado la importancia de soltar los aparatos tecnológicos en las horas previas a ir a la cama.
Estos dispositivos son un distractor para el cerebro y sus luces tienen efectos que inhiben la segregación de melatonina.
Utilizarlos dentro de la habitación durante la noche impide sentir sueño en el horario adecuado y, poco a poco, incluye en el desarrollo del insomnio.
Por otro lado, las luces led tienen un impacto negativo en la salud visual y, de hecho, pueden ocasionar estrés y dolores de cabeza.
7. Disfrutar un paseo nocturno
Cenar e ir de inmediato a la cama es un hábito poco saludable que puede influir en los problemas para conseguir un sueño reparador.
Por esta razón, muchos expertos están recomendado dar un paseo nocturno después de la última comida, tanto para relajar la mente como para activar los procesos digestivos.
Además, es una buena oportunidad para reflexionar sobre cada situación vivida a lo largo de la jornada y, de paso, buscar soluciones para los pequeños inconvenientes que surgieron.
En conclusión, la práctica de buenos hábitos antes de ir a dormir es una gran forma de hacerle frente a los problemas que impiden alcanzar un sueño reparador.
Incorpóralos en tu rutina diaria y comprueba por ti misma sus beneficios.