51 años del 23 de Enero
El periodista Eleazar Díaz Rangel echa un vistazo al pasado y comenta los principales hechos que terminaron con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y la creación del Pacto de Punto Fijo que permitió a copeyanos y adecos alternarse en el poder por 40 años consecutivos.
Hoy se cumplen 51 años del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Durante varios años, y en particular desde 1952, cuando desconoció las elecciones, Pérez Jiménez gobernó sin ningún tipo de libertades. En primer lugar, cercenó la libertad de expresión, estableció una oficina de censura, no era posible la más mínima discrepancia o insignificante crítica, no importaba la jerarquía del funcionario. Tan severa fue la censura que no se podía informar nada, absolutamente nada, contrario a la dictadura.
Naturalmente, no había actividad de los partidos políticos. Todos los de la oposición estaban ilegalizados (AD y el PCV) o, sencillamente, no se les permitía ninguna actividad (URD y Copei). Algo parecido ocurría con el movimiento sindical; la mayoría de los sindicatos fueron puestos al margen de la ley, comenzando por los petroleros. Muchos dirigentes fueron presos o exiliados.
No existía actividad estudiantil en las universidades y liceos. Desaparecieron los centros de estudiantes. No se podía hacer ninguna propaganda en esos institutos.
Esa situación se prolongó por años, hasta el grado de que el 21 de noviembre de 1957 hubo una protesta dentro de la Universidad Central de Venezuela (UCV) organizada por las juventudes clandestinas de AD y del PCV. Las otras no existían. Esa actividad fue disuelta, pero no salió ni una breve noticia en la prensa ni en otros medios.
Por supuesto, ni pensar en manifestaciones de calle. La última fue en marzo de 1954, cuando se reunió en Caracas la OEA para dar luz verde a la invasión a Guatemala. Fue disuelta a tiros. Ahí en El Silencio cayó muerto el militante comunista Félix Castillo.
El sector empresarial tuvo las mejores relaciones con la dictadura; anualmente organizaba la Cena de la Fraternidad, hasta que en 1957 se hizo difícil la situación económica y el Gobierno dejó de pagarles las deudas que tenía. Se acercaba la transición. La Constitución decía que había que elegir un Presidente. Ni pensar en candidatos de oposición. El Gobierno decidió que se hiciera un plebiscito, acudió muy poca gente y anunciaron que la mayoría quería que la dictadura continuara.
En el Ejército se conspiraba, y en la clandestinidad se fundó la Junta Patriótica, con Fabricio Ojeda como presidente y Guillermo García Ponce, Silvestre Ortiz Bucarán y Enrique Aristiguieta Gramcko representaban a URD, PCV, AD y Copei, respectivamente.
En esas condiciones se organizó una huelga y las movilizaciones de protesta, iniciadas el 21 de enero, continuaron el 22 y Pérez Jiménez huyó a República Dominicana en la madrugada del 23 de enero de 1958.
El movimiento popular y unitario se perdió porque los miembros de la Junta Patriótica no entraron al gobierno y, gradualmente, comenzó el pacto de Puntofijo y la alternabilidad de adecos y copeyanos.