Efemérides

A 39 años del asesinato de Jorge Rodríguez

Rodríguez fue víctima de torturas a manos de la policía durante el primer Gobierno de Carlos Andrés Pérez
 

En uno de los sótanos de la extinta Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención yacía, hace 39 años, el cuerpo sin vida del militante socialista Jorge Rodríguez (padre), tras ser víctima de torturas y de una brutal paliza a manos de la policía durante el primer Gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979).

El 25 de julio de 1976, Rodríguez fue detenido por la entonces Dirección General de Policía (Digepol) y trasladado a un paraje solitario de la carretera Panamericana, donde fue torturado. Posteriormente lo llevaron a un calabozo.

El caso fue presentado por el ministro de Relaciones Interiores de entonces, Octavio Lepage, como un infarto, pero los hechos con el tiempo desmintieron esa falsa versión. La cruel golpiza le desprendió órganos internos a Jorge Rodríguez. Su cuerpo además tenía múltiples marcas de quemaduras ocasionadas por electricidad y cigarrillos.

Las fuerzas represivas de ese Gobierno puntofijista -bautizado por sectores de la ultraderecha venezolana y gobiernos internacionales, como el de Estados Unidos, como “el campeón de la democracia y de los derechos humanos”- sumaba una nueva víctima de su política de Estado dirigida a exterminar, torturar y perseguir a líderes populares que combatían los gobiernos del Pacto de Punto Fijo, representados en el bipartidismo de Acción Democrática y Copei desde 1958 hasta 1998.

Jorge Rodríguez nació en Carora, estado Lara, el 16 de febrero de 1942. Recibió una formación como docente y posteriormente ingresó a la Universidad Central de Venezuela (UCV), específicamente a la Facultad de Humanidades, en la que ocupó responsabilidades de dirección estudiantil, una de ellas como delegado del Consejo Universitario, en 1966.

El 19 de noviembre de 1973 convocó a la creación de la Liga Socialista, en la que se desempeñó como secretario general hasta el momento de su asesinato. Siempre consciente de su rol y de su aporte, principalmente, a favor del movimiento popular y la Revolución.

"Que sepan que no le tememos a la muerte, que no daremos ni pediremos cuartel, que llevaremos la lucha por el socialismo hasta sus últimas consecuencias. Y si caemos en el combate, otros valerosos camaradas continuarán el camino. De eso estamos seguros", subrayó Jorge Rodríguez en una oportunidad.

"Seamos consecuentes con nuestro grito de combate: ¡El socialismo se conquista peleando!. No desmayemos ni un minuto", dijo en unos de sus discursos.

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