10 frases célebres de Oscar Wilde a 164 años de su natalicio
Nacido en 1854 en una familia acomodada, tuvo una infancia relativamente tranquila y recibió una extensa educación en colegios y academias
Se le recuerda como un ejemplo y modelo del dandinismo, un gentleman excepcional de la época victoriana y un hombre que fue a la cárcel por su condición sexual. Pero aunque todo esto es cierto, Oscar Wilde fue mucho más que un referente para la época. El escritor dublinés ha pasado a la historia por ser uno de los grandes literatos del siglo XIX conocido por la sensibilidad y agudeza de su obra, con un estilo tan característico y personal como universal.
Nacido en 1854 en una familia acomodada, tuvo una infancia relativamente tranquila y recibió una extensa educación en colegios y academias como el Trinity College de Dublín o el Magdalen College de Oxford. Desde muy joven comenzó a escribir y a viajar, desarrollando una personalidad cosmopolita con la que se ganó los círculos más exclusivos de Francia o Italia. Sus primeras publicaciones se realizaron en periódicos británicos y consistían en poesías y relatos cortos. En 1881 publicó ‘Poemas’, su primera recopilación de poesía que sería recibida con entusiasmo por el público.
Un año después, Wilde viajaría a los Estados Unidos y Canadá para dar charlas en universidades en las que defendía su nueva filosofía: el esteticismo. Esta postura defendía el máximo de “el arte por el arte”, al considerar que este existía con el único objetivo de exaltar la belleza y que debe priorizarse antes que la moralidad, la crítica social o la utilidad de los textos. El esteticismo surgió como contrapunto del materialismo de Kant y se convirtió en una enseña de Oscar Wilde.
Su trabajo como escritor destacó por los relatos cortos como ‘El fantasma de Cantervile’ (1887), ‘El príncipe feliz’ (1888) o ‘El retrato de Dorian Gray’ (1890), única novela publicada por el autory que supuso uno de sus mayores éxitos. En su faceta como dramaturgo destacan las obras ‘Salomé’ (1891), que Richard Strauss convirtió en una ópera en 1905, y ‘La importancia de llamarse Ernesto’ (1895).
Por desgracia, la brillante y prolífica carrera de Oscar Wilde se vio truncada por un escándalo sexual después de que el marqués de Queenberry le acusara de tener una relación sexual con su hijo, el también poeta Alfred Douglas. Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados, tiempo en el que escribió ‘De Profundis’ (1897). Tras ser puesto en libertad, se marchó a París y allí vivió en una situación de pobreza y alcoholismo y siendo repudiado por sus familiares y conocidos. Murió el 30 de noviembre de 1900 por una meningitis.
Por suerte, el tiempo nos ha cedido una imagen profunda de Oscar Wilde, reconociendo su gran labor como escritor y degradando su condición sexual a un simple detalle de su amarga vida. Para recordarle como el gran artista que fue, reunimos algunas de sus mejores frases:
"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo".
"Sé tú mismo, el resto de los papeles ya están cogidos".
"Como no fue genial, no tuvo enemigos".
"No soy tan joven para saberlo todo".
"Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho".
"Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado".
"Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones".
"Las preguntas nunca son indiscretas. Las respuestas, sí".
"Perdona a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más".
"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo".